Jaume Masià, azotado en la pista y por la dana al año de ser campeón del mundo

Acaba 2024 después de recibir azotes por todos lados. En lo deportivo y por la dana en su localidad natal, Algemesí. A él la tragedia le pilló en Malasia, donde corría ese fin de semana: «Estoy muy lejos de casa y me ha tocado de primera persona con mi familia. No estoy pudiendo ayudar. Mi madre está sola». Fue de los primeros pilotos en pedir que se cancelase el GP de la Comunitat: «Sería una locura». Incluso se sentía fuera de lugar en el paddock porque sabía el panorama que le esperaba a su regreso: «El garaje está inundado».

Pero es que el temporal, lejos de amainar, ha arreciado para él. En un principio tenía lugar asegurado en la parrilla de Moto2 de 2025. Así lo refleja su contrato con Stop and Go, la estructura de Edu Perales, con vigencia para una temporada más y otra opcional. Después de un estreno complicado, Jaume Masià confiaba en una segunda con mejor material que le permitiese plasmar su progresión con resultados.

Pero lo cierto es que ahora la continuidad del proyecto depende en gran manera de Dorna. Edu Perales busca financiación para poder completar la próxima temporada, a falta de algo más de tres meses para que las motos vuelvan a rodar. El plazo para garantizar el presupuesto expira el próximo 31 de diciembre.

Se da la circunstancia de que en las últimas horas Jaume Masià ha aparecido en la lista de pilotos inscritos en Supersport, la segunda categoría del Mundial de Superbikes. Este es el mismo equipo en el que correrá la próxima temporada otro valenciano, Jorge Navarro. Desde el entorno de Masià, no obstante, mostraban ayer su sorpresa por este hecho, ya que niegan que el de Algemesí haya llegado a algún acuerdo para correr ese certamen la próxima temporada.

Jaume Masià tiene la intención de hacer valer su contrato y correr en 2025 en el Mundial. Claro está, siempre que el Preicanos Racing esté en la parrilla. Si finalmente Dorna decidiera que el proyecto no continúa, al valenciano le tocará explorar alternativas. Y en ese caso, Supersport será mejor opción que quedarse una temporada en casa, en un mundo como el del motociclismo cada vez más pujante.

Pero es que a las preocupaciones deportivas aún hay que sumarle la ruina que ha dejado el barro en casa. En el GP de la Solidaridad de Montmeló, Jaume Masià padre e hijo mostraban en su rostro el cansancio y la preocupación. Sabían que a la vuelta de Barcelona les esperaban horas de lucha contra el lodo. «El garaje de la casa de mis padres está inundado», lamentaba el piloto.

Los daños han sido más que notables. Las motos de entrenamiento han quedado totalmente arruinadas a causa de la dana. Además, el barro ha arruinado la furgoneta del trabajo de su padre, así como la mayoría de las herramientas. La lucha contra la barrancada continúa. Ahora a la familia le toca una interminable burocracia, como a muchas otras miles de familias en las 70 localidades afectadas por la dana.

Esta es una zancadilla más a un piloto que demostró su talento desde su irrupción en el Mundial. En 2019 ya se vio afectado cuando se cerró la financiación al Bester Capital Dubai. Fichó por el Leopard pero el cambio a Honda no fue como esperaba y volvió a KTM después de no poder ser campeón del mundo.

En el Red Bull KTM Ajo, donde le habían ofrecido un proyecto para llegar hasta MotoGP en la firma austriaca, se vio atropellado por la irrupción de Pedro Acosta. Tras dos años volvió a Leopard, donde al fin fue campeón, aunque en verano parecía que sus opciones eran mínimas. Tenía decidido subir de categoría y no esperó cuando se le presentó una opción de contrato, aunque fuese con un proyecto que estaba a la cola de la parrilla.