Miguel Gallego, campeón del mundo valenciano junto a Izan Guevara

Miguel Gallego ya tiene dos Mundiales, uno de 125 y el otro de Moto3, el conseguido en la madrugada de este domingo 16 de octubre en Philip Island. Y sí, los dos en el circuito australiano. «Llevo ya dos carreras pensando que se va a acabar dando esa coincidencia», comenta el valenciano que disfruta de las motos desde niño, que las ha convertido en su profesión, pero que no compite sobre ellas. Las prepara. Natural de Algemesí, es desde 1996 uno de los mecánicos del Aspar Team: en 2006 estuvo en el equipo de Álvaro Bautista y en 2022 ha formado parte del de Izan Guevara.

«Es un chico divertido, que no da ninguna complicación. Lo tiene todo claro, un chaval fácil», resume: «Lo único es que no le gusta estrenar, ni guantes, ni mono... hay veces que le tenemos que insistir que tenga uno estrenado, por si hay algún incidente y ha de cambiarlo. Con la moto pasa igual, si hay alguna caída o algo prefiere que le reparemos con la que está corriendo».

Pocas ha tenido Guevara en un año que ha salido perfecto. El premio para un equipo consolidado, pues ha estado dos temporadas trabajando con el mallorquín. Suyo ha sido el protagonismo y la responsabilidad de llevar hasta lo más alto la GasGas. Esa montura que, cuando el piloto sale del box, ya ha generado horas de trabajo por parte de un equipo de personas en el que se integra Miguel Gallego.

Así es, en su caso, desde 1996. Fue cuando entró en el Aspar Team. Entonces era un chaval lleno de ilusiones a quien 'atropelló' el Mundial. «Yo había terminado mis estudios», señala. Electromecánica industrial. Había acudido a la factoría alzireña a realizar una entrevista de trabajo. «Me dijeron que sí, que me contrataban... pero que me tenía que ir ese fin de semana a Holanda. En tres días lo tenía que arreglar todo para salir de viaje», indica. Le dio vértigo, pero se lo pensó poco. De pequeño había acompañado a su hermano José Luis Gallego con el remolque: había sido piloto y Miguel disfrutaba de aquellas carreras por toda España.

Aceptó y se subió a la caravana del Mundial. Ya no se ha bajado y no se le ven ganas de ello. Su primera experiencia fue como mecánico del equipo técnico de Gelete Nieto. Tardaría una década en saborear las mieles del éxito, hasta 2006 y casi por casualidad. Porque aquel año iba a estar en el equipo de Mateo Túnez. Álvaro Bautista se quedó sin moto y, a un mes para el inicio del campeonato, le hicieron hueco con una tercera montura en el Aspar Team.

Fue un año casi perfecto del toledano, que llegó a Australia con opción de ser campeón y no la desaprovechó. Tuvo la dosis de fortuna, la que abrió la puerta de la estrategia para el equipo técnico, pues hubo un incidente que obligó a parar y retomar la carrera. «Modificamos la moto, que entonces era de dos tiempos (la era 125), la carburación para ganar velocidad punta y aceleración», explica Miguel Gallego. Y en el reinicio Bautista dio una exhibición y se escapó para ser campeón del mundo.

Guevara también ha conquistado el campeonato a lo grande. Y de nuevo en Australia, con un mecánico natural de Algemesí como escudero. «Aquel día lo recuerdo como algo espectacular y no tengo nada preparado para este. Primero hay que ganarlo, pero seguro que lo vamos a celebrar a lo grande», decía Miguel Gallego antes de embarcar rumbo a Australia. Queda Malasia y Cheste: «Eso es ya casi como si fuera una semana normal, porque dormimos en casa». Y desde ahora, descansarán con más tranquilidad. Quizás pensando ya un poco en el futuro.

Porque esto no para. Después del GP de la Comunitat ya habrá que preparar el futuro. Aún con menos estrés, pues los motores están congelados al menos un año más. Miguel aún no sabe qué equipo se integrará en 2023, si en el de Yamanaka o en el de David Alonso. No se muestra preocupado por ello. Hay buen ambiente en el box. «Pique, alguno sano, del estilo 'hoy te gano'... pero no, nos llevamos muy bien», señala. Es básico. Eso y la afición que siente por las motos: «Si este trabajo no te gusta, es imposible seguir el ritmo de viajes, de estar tanto tiempo dando vueltas por el mundo, fuera de casa». Él lo disfruta y, de momento, el sueño que tuvo de niño acompañando a su hermano José Luis se ha quedado con la realidad con una vida laboral que ya le ha permitido saborear dos títulos como mecánico del Aspar Team.

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