Pedro Acosta se proclama campeón de Moto2 en Malasia

Pedro Acosta llegaba a Malasia con los deberes hechos y solo quedaba certificar un título que estaba más que sentenciado. Y desde el principio, la carrera se le puso muy de cara porque su único rival, Tony Arbolino, que salía a su lado en parrilla, se vio inmerso en el lío inicial cuando Manu González se cayó por delante y se quedó en mitad de la pista. Perdió varias posiciones de salida y solo una vuelta después, en su afán por recuperar antes de tiempo, se tocó con Arón Canet y aunque salvó la caída in extremis, se fue al fondo del grupo. En ese momento, a las 6:22 hora peninsular española, Pedro Acosta era virtualmente campeón del mundo porque ya era misión imposible que su rival llegase al podio. La única combinación que podía retrasar su alirón en Sepang.

En el día de Acosta se coló otro murciano, Fermín Aldeguer, que había hecho la pole y se mostró intratable por segundo fin de semana consecutivo. Como en Tailandia, el de La Ñora se situó de inicio en cabeza de carrera y ganó en solitario con más de siete segundos de margen: «Este fin de semana me sentía muy superior». Aldeguer, que está firmando un brillante final de 2023, también suena ya para subir a MotoGP la próxima temporada. Y es que su juventud (es un año más joven que Acosta) y su velocidad son un pasaporte perfeto para la clase reina.

Pero en Malasia todos los focos apuntaban al piloto que acababa de proclamarse campeón de Moto2 y al que una cómoda segunda posición le daba de sobra para cumplir su objetivo. Aunque después reconocía que en condiciones normales tampoco habría podido plantar cara a Aldeguer, que en Malasia estaba en otro planeta.

En el día que el motociclismo español celebraba su 58º entorchado mundial, la fiesta fue completa con el primer podio en Moto2 de Marcos Ramírez, que ponía la guinda con un triplete que pasará a la historia como el día que Pedro Acosta ganó su segundo mundial… en un palmarés que tiene pinta de que no dejará de aumentar los próximos años.