A Jorge Lorenzo la retirada, al menos a simple vista, le ha sentado de maravilla. Se quitó el casco por última vez el balear y dibujó una gran sonrisa. Las calamidades sufridas primero en Ducati y ahora en Honda le provocaron la pérdida del apetito por ganar. En el Circuit dio Lorenzo sus últimos giros como piloto del Mundial, un universo en el que fue rey en muchas ocasiones y del que ha terminado hastiado. «¿Mi futuro? Me voy a Bali, ya tengo el billete comprado. Ahí me aprecian mucho los indonesios, soy muy conocido. Creo que me tratarán muy bien. El sitio es magnífico, siempre me ha gustado el sol. Quiero escapar un poco de este frío invierno», bromeó Lorenzo, sin más planes más allá de «disfrutar la vida, que sólo hay una».
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Se marcha Lorenzo después de 17 años en la primera línea del motociclismo (2002-2019) y con un historial indiscutible. Cinco campeonatos del mundo –dos en 250cc y tres en MotoGP– y sexto piloto de la historia con más triunfos, sólo por detrás de Agostini, Rossi, Ángel Nieto, Márquez y Hailwood. El capitán de los espartanos, como se conoce a su legión de fans, disfrutó en Cheste de una gran despedida. Lorenzo clavó la bandera en la grava, recibió una tremenda ovación de partidarios y detractores y escuchó palabras de elogios de la gran mayoría de los hombres importantes del paddock. "Hoy has corrido tu última carrera, pero tus éxitos y tu manera de hacernos disfrutar quedarán para siempre en nuestra memoria", le escribió Pau Gasol desde el otro lado del charco.
Fue el carácter 'especial' de Lorenzo, esencialmente en sus primeros años en el Mundial, el que le convertiría en un piloto de blancos o negros para el gran público. "Los que me conocéis sabéis cómo he evolucionado como piloto, pero, también, como persona. Siempre he tenido mucha personalidad y eso, quizá, sobre todo al principio, pues no gustó a gran parte del público. Pero, al final, la gente ha visto cómo soy de verdad", explicó.
En Valencia, a Lorenzo le tocó sufrir para entrar en la zona de puntos. Le beneficiaron las caídas de Petrucci, Zarco, Crutchlow o Lecuona porque al final fue 13º de los quince hombres que pudieron terminar la carrera. Al mallorquín, que nunca tuvo 'feeling' con la Honda y ni mucho menos pudo tutear a Marc Márquez, se le hizo larga la prueba final. La bandera a cuadros le liberó para arrancar una nueva vida a sus 32 años.
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