La chica que le cambió la vida a Jorge Navarro

Jorge Navarro no sospechaba aquel día en el que vio pasar su melena rubia que esa chica le iba a cambiar la vida. «Nos conocimos en Brno, aunque ella dice que fue en Holanda. La vi y pensé: '¡Mira, una cara nueva!'. El valenciano se preocupó por saber quién era esa joven de sonrisa eterna, buscó a Michelle Neukirchen en Instagram y contactó con ella: «Al principio se hizo la dura, me tocó estar pico-pala. Firmé el contrato el 22 de septiembre de 2018, después de Aragón».

La alemana, expiloto de trial, se quedó una semana de vacaciones con él en La Pobla de Vallbona. Esos días cerró el acuerdo con algo más que su novia. Michelle es su compañera de vida y una pieza crucial para que el valenciano haya completado su mejor año en el Mundial. «He estado a gusto y sí, es el que más carreras he acabado y en el que más podios he logrado», reconoce. La espina, la victoria: «Veremos el domingo».

¿Y qué ha hecho Michelle? «¿Yo? ¡Nada!», bromea. La pareja es envidiable en sus respectivas cuentas de Instagram, donde cuelgan fotos de sus ratos en que las motos les permiten disfrutar de los países por los que pasa el Mundial. Y ahí está el secreto. «Me he dado cuenta de que él, cuando no está sólo centrado en las motos, es mucho mejor piloto. Por eso, estamos gastando bromas y hablando de otras cosas», indica.

«En Tailandia me fue fatal después de haber casi ganado en Aragón. En otra ocasión me habría rallado y ya habría sido un desastre. Pero ella me ayudó a pensar en otras cosas. Además, es muy graciosa porque suelta tacos en valenciano», señala Jorge Navarro.

Como cuando salen juntos a rodar en bicicleta. «Yo voy con la de su padre y le pongo el ritmo al que tiene que ir», desliza Michelle con una sonrisa pícara. «¡Pero es que es eléctrica! Me lleva con el gancho y diciendo: '¡Venga, aprieta, cabrón!'. Y ella no está ni sudando», señala el de La Pobla de Vallbona.

Ahí residen ambos, junto a Vicky. «Yo no quería perro ahora. Ella sí. Mi amigo Chemanu dijo que se lo quedaría siempre que no estuviéramos y ya me quedé sin argumentos», precisa Navarro.

Psicóloga y paragüera, entre otras muchas funciones en el circuito, sabe qué hacer minutos antes del GP. «Yo antes estaba centrado, con la mirada en un punto. Ahora, bromeamos. Me va mejor. El secreto es que me siento como en casa», afirma Navarro. Pero también comparten entrenamientos. «¿Que si me gana? En trial seguro, que soy un paquete», reconoce. Volverán a batirse este invierno, seguro, después de unas merecidas vacaciones en Tenerife.