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moisés rodríguez
Lunes, 18 de mayo 2020, 22:42
El Mundial de Superbike vuelve a coquetear con Valencia. La competición, que ya vino a Cheste, puede regresar dentro de la reordenación que está llevando a cabo Dorna en los dos grandes certámenes que gestiona. Y es que la rendija que se le va a presentar al Ricardo Tormo va estrechamente relacionada con la alternancia que se firmó justo antes de la pandemia para a partir de 2022.
La Generalitat no quiso vincular en ningún momento las conversaciones para renovar el contrato por el GP de la Comunitat con un posible desembarco de Superbike. Sí se puso sobre la mesa que esta última competición pueda venir a Cheste en los años en que el Mundial de MotoGP no pase por Valencia.
La intención es buscar una competición estrella para ese calendario en el que el Ricardo Tormo no cuente con MotoGP. La gran cuestión es si la mejor opción es Superbike. A favor está el impulso que le está dando Dorna y que se trata de la misma organización que el Mundial. En contra, que la modalidad tiene menos aceptación entre el público español y que ya hay un contrato a largo plazo firmado con Jerez: parece poco rentable organizar dos citas en el país al año.
El canon, eso sí, es mucho menor que el del Mundial, que pasa los seis millones de euros. El de Superbike, por el contrario, está en medio millón. A esto hay que añadir el montaje necesario para albergar el evento, esto es, en torno a 300.000 euros. El certamen, por el que no se escenifica un especial interés en el Gobierno autonómico, costaría cerca del millón. Se aceptaría como plan B, pero más barato.
De todas formas, en estos momentos las conversaciones con Dorna están centradas en el Mundial de la presente temporada. Es un secreto a voces que, si se celebra el campeonato, pasará por Cheste. La Generalitat y la empresa organizadora ultiman el contrato para un evento de emergencia: a puerta cerrada y con dos sesiones en fines de semana consecutivos. También quedan por detallar las fechas, así como el canon, que se reducirá a algo prácticamente simbólico.
Si bien con el Mundial de MotoGP las negociaciones las lidera Dorna, con las Superbike la Generalitat no tiene tanta presión. Y más ahora, tras la pandemia, en la que el gasto va a tener que estar todavía más justificado. Además, en el deporte del motor se va a reordenar todo de nuevo. Se venía apostando –y se caminará más aún en ese sentido– por eventos pro los que no se deba realizar ningún desembolso en concepto de canon, como es el caso de la Nascar europea. De hecho, ya son varios los certámenes que se han dirigido al Ricardo Tormo para ver la posibilidad de pasar por Valencia.
Esto se dará, con total seguridad, si finalmente se puede competir a final de este 2020. El clima de la Comunitat será siempre uno de sus argumentos a favor, ya que aquí se puede competir incluso en diciembre, algo impensable en el centro de Europa. MotoGP y la Fórmula1, eso está claro, condicionarán al resto.
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