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Torneo de pádel en una imagen de archivo Ramón L. Pérez
Los orígenes nobiliarios del pádel, el deporte que más ha crecido en los últimos años

Los orígenes nobiliarios del pádel, el deporte que más ha crecido en los últimos años

A un empresario mexicano y a un príncipe germano-español se les acredita, respectivamente, la invención de esta disciplina y su exportación a España

P. Chen

Domingo, 23 de marzo 2025, 02:11

El pádel está de moda. En 2024, la Federación Española de Pádel (FEP) marcó su récord histórico de jugadores federados: más de 107.000, un incremento del 175% desde 2012, año en que la organización comenzó a hacer públicos estos datos. Además, los jugadores aficionados también se multiplican como setas. Los podemos ver, raqueta en mano, cada vez más, a medida que crecen los clubes y que los municipios construyen pistas exteriores a toda velocidad. De hecho, España es el país con más pistas de pádel de todo el mundo.

Muchos se preguntan cómo se originó esta deporte que también es conocido como «el hermano pequeño del tenis», pero cuya popularidad indica que pronto se deshará de ese apodo. El tenis no es el único deporte que se juega con raqueta: el squash) y el frontón siguen ahí, y desde hace mucho, lo que ha merecido al pádel constantes comparaciones con ellos. Quizá, merecidas, porque el pádel tiene un origen concreto y reciente. Además, sobre todo durante sus primeros años, era asociado a la clase alta. Su historia nos indica que eso tampoco es casualidad.

¿Quién inventó el pádel?

Aunque circulan varias versiones acerca de dónde y cuándo nació este deporte, hay un consenso histórico que confirma la Federación Española de Pádel, la Federación Internacional, el libro 'La historia oficial del pádel' (editado por Tirant) y la audio serie en formato podcast que tiene el mismo nombre. Se considera al empresario mexicano Enrique Corcuera el padre del pádel, que quería jugar en su finca privada en Las Brisas, Puerto de Acapulco, México. Hacia 1962, Corcuera decidió adaptar su pista de frontón (el espacio era demasiado pequeño para construir una pista de tenis) poniendo una red de tenis en el medio del terreno, y levantando paredes en la parte trasera y en los laterales, para evitar la intrusión de la vegetación. De aquí se deriva también la famosa regla, identitaria del pádel, de que si la pelota rebota en la parte trasera, el juego no para. El primer reglamento de pádel fue redactado por su mujer, la argentina Viviana Corcuera.

¿Cómo llegó el pádel a España?

Enrique y Viviana Corcuera jugaban al pádel con una serie de celebridades de la élite que los visitaba en su casa. Uno de ellos fue el príncipe Alfonso de Hohenlohe-Langenburg, un noble y promotor inmobiliario germano-español que decidió construir, a mediados de los años 70, varias pistas de pádel. Lo hizo adaptándolas, respecto a la idea original, en su selecto Marbella Club, después de haber veraneado con los Corcuera.

El hecho de que el juego fuera divertido y de que acomodar los espacios para su práctica requiriera una baja financiación ayudó al aumento de la popularidad del deporte. Así, pasó de ser practicado solo por las élites que pasaban las vacaciones en la Costa del Sol a ser cada vez más practicado en ciudades españolas. Muchos clubes deportivos construían pistas de pádel antes que de tenis u otro deporte.

Auge del pádel en otros países

Un socio del club de tenis de Hohenlohe-Langenburg, el argentino Julio Menditeguy, también jugador reconocido de polo, fue quien importó el deporte a Argentina. En los años 80, continuó su expansión a otros países, construyéndose pistas en Brasil, Uruguay, Chile, Francia, los Estados Unidos y Canadá. A finales de la década, nacía la primera asociación nacional de pádel, en Argentina, y la primera competición internacional, en Buenos Aires, entre España y Argentina, que se posicionaban como los países reyes en el deporte.

Respecto a sus orígenes mexicanos, una figura importante aún a día de hoy en relación a la difusión del pádel es Ignacio Soto Borja, que como presidente de la Federación Mexicana de Pádel consiguió que el Comité Olímpico Mexicano adoptara la disciplina en el 8º Festival Olímpico y en los Juegos Panamericanos de Mar de Plata de 1995 como deporte de exhibición. En los últimos años ha seguido su labor, precisamente, como cronista en el libro 'La historia oficial del pádel', el apoyo a su adaptación a audio serie, y participando en eventos junto a la viuda de Enrique Corcuera, Viviana Corcuera.

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