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Héctor Esteban
Martes, 7 de junio 2016, 22:32
La alarma por la posible desaparición del trinquet de Pelayo provocó un movimiento salvem impulsado desde las instituciones públicas que a día de hoy se ha quedado en un punto muerto preocupante. Los nuevos tiempos, propiciados por el vuelco electoral de mayo de 2015, desembocaron en un exaltación de la identidad con la pilota como clavo ardiendo. Hoy, casi un año después, Pelayo sobrevive gracias al dinero que puso encima de la mesa el empresario José Luis López que, ante la falta de acción de los entes públicos en materia monetaria, pagó de su bolsillo más de 600.000 euros para que Pelayo, el recinto deportivo más antiguo de la Comunitat con casi 150 años de historia, sobreviviera a los malos tiempos.
El Ayuntamiento de Valencia, cuyos concejales hicieron paseíllo por la calle Pelayo para preocuparse más que ocuparse del futuro del trinquet, anunció la creación de un Consorcio para salvar la pilota valenciana y el trinquet.
El anuncio tuvo más lustre que la dotación presupuestaria que el nuevo gobierno municipal -liderado por Ribó e integrado por Compromís, PSPV y Valencia en Comú- fijó en las cuentas para este año. La subvención nominativa para el Consorcio Espai Pilota Valenciana es de 3.000 euros, una cantidad testimonial para solucionar un problema que necesita con urgencia la actuación municipal.
El Consorcio, en el que también se tienen que integrar la Generalitat y la Diputación de Valencia, era la gran apuesta del Ayuntamiento para salvar Pelayo. Al menos así se presentó la iniciativa tras ser aprobada por la junta de Gobierno municipal. La idea partió del presidente de Les Corts, Enric Morera, que lideró las reuniones para salvar Pelayo aunque luego al final el que puso el dinero para evitar su cierre fue el propio López.
El Consorcio público, con una dotación a día de hoy de 3.000 euros en el presupuesto municipal para este año, tiene con fin último la adquisición de la instalación para sacar después un concurso para su gestión. Por ahora, y con las partidas en marcha, sigue sin dibujarse un horizonte para que Pelayo sea de titularidad pública. El proyecto era tan ambicioso que incluso se habló de crear un museo de la pilota y llevar allí las oficinas de la Federación de Pilota Valenciana.
Es cierto que hay un margen de cuatro años para que el Consorcio compre el trinquet por 664.000 euros más intereses en un plazo de cuatro años.
La nueva administración valenciana empezó fuerte con un compromiso que por ahora no ha dado nuevos pasos para ser realidad en el menor tiempo posible. El margen de cuatro años para poder ejecutar la compra del trinquet de Pelayo aletarga los movimientos del Consorcio. De momento, este verano el propietario tendrá que seguir poniendo dinero para adecentar una instalación centenaria.
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