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MOISÉS RODRÍGUEZ
Lunes, 14 de noviembre 2016, 20:31
Este café no se comparte en la mesa del bar. Tampoco en la barra. Santi ha venido a Valencia a jugar a pilota. «Si lo pienso, me paso el 70% de la vida en el coche. Lo más cerca que tengo es Pedreguer, y está a una hora. Cuando cojo una racha de jugar en Vila-real, Onda o Castellón...», comenta resignado. Tiene que prepararse a destajo para saltar a las losas de Pelayo. En la conversación realiza continuas pausas, no porque medite cada palabra antes de pronunciarlas, sino para cortar de un bocado las tiras de esparadrapo con las que se está preparando las manos.
«Si coges una racha en la que no ganas ni una, te frustras. A mí me ha pasado desde septiembre hasta ahora y, si te digo la verdad, te entran ganas de enviar a fer la ma todo», indica. «Si te digo la verdad, al final tienes que tomártelo un poco como hobby, porque de lo contrario acabarías bastante quemado», añade el pilotari.
Santi asegura que los jugadores que empiezan han de formarse. «Eso por supuesto. Es algo que ya está implantado en el fútbol, y ahora en el Cespiva también les obligan a estar al día con los estudios», comenta. A él, por ejemplo, le sirvió para compaginar la pilota con otra labor profesional «Trabajo en una clínica como fisio. Por suerte puedo arreglarme los horarios para las partidas, entrenar, y el ocio. ¡Eso es muy importante, que si no te vuelves loco! Hay que tener tiempo para ir a la montaña con la bici o para tomar dos cervezas con los amigos».
Santi proviene del mundo de les llargues. «Mi padre y mi abuelo jugaban a pilota. A nosotros nos viene bien esa modalidad porque tenemos más golpes por bajo. No digo que a los compañeros que se han formado en el trinquet les falte recursos, pero creo que para nosotros las partidas en la calle han sido una ventaja», indica. Su vida estaba orientada al fútbol y, de hecho, llegó a División de Honor juvenil con el Hércules y el Villarreal. «Empecé como lateral derecho y acabé como media punta. Tuve una lesión grave de infantil y ya sabes lo complicado que es el mundo del fútbol, llega un momento que te dicen que no vales. De todas formas yo me lo dejé cuando me vine a estudiar a Valencia. Me ofrecieron seguir en algún club de por aquí, pero entonces ya me habían incluido en alguna partida y me decanté definitivamente por la pilota», relata.
Y ahí sigue. Es su pasión. Por ello lamenta la situación que vive el deporte autóctono. «Es que si estuviéramos cobrando lo que toca, jugadores como Rodri (Pere Roc II, que es de Benidorm) o yo nos plantearíamos vivir aquí, tener nuestro preparador y el fisio... pero es que con lo que cobramos no se puede. Yo tengo la fortuna de tener un trabajo por allí abajo y es imposible dejarlo. Vivimos en el coche, es lo que toca. Cuando vas acompañado viajas charrando, pero si no, la verdad es que se hace pesado», señala.
Lo que más le preocupa a Santi es la incertidumbre que viven actualmente los pilotaris profesionales. «Está todo claro hasta final de año, ahora vienen una serie de torneos, pero nadie nos ha dicho qué pasará a partir de enero. En teoría se iba a hacer una Fundación, pero no sabemos si va a gestionarlo todo Val net o la Federació. Preguntamos pero nadie nos dice nada», se queja: «Tenemos claro de que debe seguir adelante, porque además el Gobierno ha mostrado su intención de que así sea, pero sin querer te preocupas. Al final es tu futuro».
Sin embargo, Santi como el resto de los jugadores ya hacen planes para el próximo año. Por ejemplo, a él le ha envalentonado haber tenido contra las cuerdas a Puchol II, el nuevo campeón del mano a mano, en la partida de cuartos disputada en Sueca. «Da rabia porque lo tenía encarrilado, pero creo que fue un poco la suerte. No tocaba. Creo que podría haber llegado a la final, porque con Miguel tenía opciones. Con Quico (Soro III) habría sido más difícil porque él juega al aire como yo y tiene mucho nivel», analiza.
Ya anuncia que tiene la intención de preparar el Individual de 2017. «Este año no lo he hecho y he tenido opciones, así que creo que tengo una posibilidad», sostiene cuando se le pregunta sobre su puede ser el segundo mitger tras Grau en alzarse con el mano a mano: «Si no confiara en ello no jugaría. Nadie juega para perder. Hay otros mitgers que también tienen condiciones e igual se animan a participar».
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