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La inmersión de la mujer en la pilota como parte activa del deporte autóctono avanza al son de su clásico. Un elenco de jóvenes jugadoras han conseguido hacer de avanzadilla de algunas pioneras como Elisa Tarazona o Ana de Borbotó –por citar dos de los ejemplos más conocidos, pero sin desmerecer a otras que también se enamoraron de la vaqueta–. Beniparrell y Bicorp no se cansan de llegar a finales de las competiciones de raspall, de batirse y de proclamar que ellas quieren su sitio en las losas.
Ana y Noelia, las hermanas Puertes, defienden desde hace años a su Beniparrell. «Tras la cuarentena me costó cogerme, apenas pudimos entrenar. Caer en un grupo con más equipos y jugar dos partidas por semana nos ha beneficiado», señala la segunda que, con sólo 25 primaveras se autodefine como la ‘abuela’ del raspall femenino.
Las Puertes son el orgullo de un pueblo pequeño pero que apuesta firmemente por la pilota. Y de los primeros en facilitar la presencia de la mujer. Como Borbotó, donde se inició Victoria, que también se ha vinculado a Rafelbunyol. La valenciana ha formado una potente simbiosis con Mar de Bicorp y ahora ambas amigas defienden a la localidad de la Canal de Navarrés.
Beniparrell y Bicorp se han enfrentado en once ocasiones desde 2016, en lo que se refiere a finales de Lliga (4), Autonómico de Parejas (4) o Supercopa (3). El bagaje favorece a las de la Canal. El último triunfo de las de l’Horta en la Lliga data de 2016, cuando Mar aún no jugaba con Victoria. A ambas las Puertes les ganaron en la Supercopa de 2018, curiosamente en el trinquet de Bicorp.
La cancha esta vez puede definir una final de Lliga que se jugará a puerta cerrada (17.45 horas). Se celebra en Massalfassar, una calle que ninguno de los dos equipos tiene demasiado tocada. Y las jugadoras lo saben. Con 8 metros de ancho y más de 52 de largo, en el resto hay rebote pero con truco: está bastante alejado de la línea del 15, por lo que ahí deben conseguirse muchos puntos desde la parte del saque, que será decisivo.
«Les ha tocado a ellas la moneda, por lo que tendremos que romper el saque en algún momento», señala Mar. Se refiere a la reballada, en la que la suerte favoreció a Beniparrell, que lógicamente eligió empezar en el saque. «La calle de Massalfassar no la tenemos demasiado tocada. Yo jugué allí una vez y creo que no estaba todavía cambiado el piso. La partida puede ser para el que mejor se adapte a la cancha», sostiene la mayor de las Puertes.
«Va a ser una final difícil, porque jugamos contra un equipo muy fuerte. Además, la partida es en calle y tanto Mar como yo nos adaptamos mejor a un trinquet», indica Victoria. La dupla de Bicorp perdió en la primera fase una partida (ante Borbotó B) mientras Beniparrell llega a la final sin conocer la derrota.
«Ha sido una Lliga atípica, que ha empezado cuando en ediciones anteriores solíamos jugar la final», indica Noelia. «Veo la final difícil porque enfrente está el equipo que ha ganado las tres últimas ediciones... pero Massalfassar es una calle complicada, con muchos obstáculos. Ha sido duro regresar tras el confinamientos por los entrenamientos para ponerse a punto, pero llegamos preparadas», señala Ana. Como suplentes, ambos conjuntos cuentan con jóvenes valores del raspall femenino: Mireia por Beniparrell, mientras Sandra formará con Bicorp.
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