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La pilota valenciana está de duelo por la muerte, este miércoles 10 de agosto, de uno de sus mitgers más notables de entre finales del siglo pasado y principio de este. Carlos Solaz ha fallecido a los 52 años y después de una larga lucha contra la ELA. Para el recuerdo, y documentado en vídeos que circulan por internet, entre ellos un conocido quinze disputado en el trinquet de Benissa, queda su bravura en el trinquet y su amor por el deporte más allá de su carrera de élite.
Y es que una vez colgó los guantes se dedicó a la carrera a pie, llegando a participar en maratones multitudinarios y, durante algún tiempo, también en carreras ultra de montaña. Pero lo suyo fue la pilota, donde labró una estrecha amistad con el resto de los representantes de la Generación de Pelayo: los Grau, Pedro el Zurdo, Pedrito, Peluco, Víctor, Tino, Pastor... el grupo de chicos que empezaron en la escuela dirigida por Batiste Soro en la catedral.
«Nos conocíamos desde los 12 años y no le he conocido ninguna mala palabra, no recuerdo haberlo visto enfadado», comenta José Agustín Martí 'Peluco', afectado por el fallecimiento de su amigo. Solaz era cerrajero de profesión y este también expilotari recuerda que estaba siempre dispuesto a ayudar: «Siempre saludaba con un '¿cómo estás, querido?'. Recuerdo que más de una vez mi madre se dejó las llaves dentro de casa y si le llamabas, después del saludo de siempre y de escucharte, te respondía: 'En diez minutos estoy ahí'». Y estaba.
«Nos hemos recorrido todos los trinquets de la Comunitat», señala Pedro 'el Zurdo', que fue resto y Solaz, mitger. Ambos jugaron numerosos desafíos en pareja contra los mejores del momento. «Recuerdo sobre todo uno, bestial, contra Enrique Sarasol, en su mejor momento, y Dani... y les ganamos. Es que Carlos jugaba mucho», comenta el expilotari.
También venció en uno de los primeros de mitgers contra restos, él en compañía de Grau y contra Paquito de El Genovés y Xatet II celebrado en el trinquet de Vilamarxant. «Coincidió con Grau y Sarasol II, que eran los considerados mejores mitgers... pero él jugaba mucho, más de lo que parecía, engañaba», afirma Peluco. Este fue el secreto del éxito de un pilotari que estuvo durante más de dos décadas en activo, disputando partidas importantes en los mejores trinquets de la Comunitat.
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