
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Cuando saludaba, Paco -así le conocen todos en el trinquet- no chocaba la mano, te la envolvía. Era toda una sensación notar esos dedos deformes, ... erosionados a base de esculpir arte a golpes de vaqueta. Su rostro y su conversación hechizaban. Paco Cabanes 'Genovés' ya era el mito de la pilota antes de marcharse. Ayer lo hizo, a los 66 años (en septiembre habría cumplido 67), acompañado por la familia por la que sentía devoción, en su pueblo, el que le dio el nombre deportivo y tras casi un lustro de batalla contra el cáncer. La Generalitat decretó un día de duelo y la Fundació ha suspendido las partidas previstas para hoy.
«Ahora ha llegado el momento de poner en valor todo lo que supone Paco para nuestro deporte», reflexionaba Puchol II, el actual número 1. La pilota valenciana se queda huérfana. Su gran leyenda, el hombre que reactivó los trinquets en los años 80, del que se narran las mayores gestas, falleció en la sobremesa de ayer. «Me ha llamado su hijo (José Cabanes 'Genovés II') y me he quedado sin palabras. Vivimos tantas partidas, experiencias... Él decía que yo era su ídolo. Éramos más que amigos, como familia», acertaba a comentar Antonio Reig 'Rovellet',, que era figura, ya veterano, cuando emergió el fenómeno Paco Genovés.
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Fue, por tanto en cierto modo, sucesor de Rovellet, ahora con 89 años y a quien se colocó hace un par de semanas una placa en la calle Pelayo, junto a la casa en la que ha vivido siempre. Ahí estuvo Genovés. Porque Paco, el mito, ha estado hasta el final cerca del deporte al que dedicó su vida. Acudió a las finales del Individual y el sábado pasado se pasó por las de raspall de clubes que se celebraron en Càrcer. «El miércoles hablamos de cenar un día y luego ya se fue al hospital... a mí me ha aconsejado mucho. Ha sido un gran amigo, cuando jugaba pasaba por su casa y se solía venir conmigo a las partidas», relata con melancolía Tonet IV, número uno del raspall.
Contemporáneo de los hermanos Sarasol, quizás el gran público lo recuerde por la denominada Partida del Segle, en Sagunt: la final del Individual que supuso el fin de una era. Fue en 1995, contra Álvaro, al que derrotó en iguales a 55. Fue su último título de mano a mano. El sexto. Antes había alzado otros cinco, uno contra Fredi y los otros cuatro ante Enrique Sarasol. Con él perdió otros tres.
Mantuvieron una feroz rivalidad aquellos años y ambos eran de El Genovés. Paco es el mayor icono de la localidad, que tiene una estatua suya desde hace años en una de las rotondas de acceso. Su hijo, José Cabanes 'Genovés II', le sucedió en el trinquet y sigue en activo. Padre e hijo se han ganado el respeto y admiración de toda la pilota valenciana y han servido también de nexo de unión con el frontón a mano en el País Vasco. Paco jugó partidas de las tres paredes contra mitos del norte, como Retegi y Martinikorena, ante el que se enfrentó en Bétera y Benidorm.
El funeral por Paco Genovés tendrá lugar este domingo en Xàtiva, aunque desde sus allegados, agradeciendo todos los gestos de cariño que se les han trasladado desde que trascendió la luctuosa noticia, se pide intimidad principalmente a causa de la alerta sanitaria. La pilota ha quedado en shock ante el fallecimiento de su gran icono, equiparable a lo que representan Maradona o Pelé para el fútbol.
A Paco Genovés lo descubrió Antonio Miralles 'Canana', el histórico trinqueter que un día vio a un chaval jugar a pilota por puro pasatiempos después de una larga jornada trabajando como albañil. Percibió que aquel muchacho de 16 años tenía algo con lo que el resto no contaban y enseguida le dio partidas por la Marina. Al principio, con la oposición de la madre de Paco Cabanes, pero el nacimiento de la gran figura de la pilota ya era inevitable. A mediados de los 70, en una época sin redes sociales ni televisión autonómica, el boca a boca hizo de promoción para aquel jovenzuelo que en poco tiempo se convirtió en el mejor. Antes de la creación de la actual Lliga Profesional, desde 1952 ya se disputaba un torneo por equipos denominado Liga Nacional: lo ganó en ocho ocasiones.
Ximo Puig, presidente de la Generalitat «Nunca pensé vivir este momento (...). Se va demasiado pronto un hombre bueno (...). Un caballero dentro y fuera del trinquet»
Antonio Reig 'Rovellet', expilotari «Él me decía que yo era su ídolo y para mí era como un hijo. No puedo expresar lo que siento. Llegó a la cumbre y seguirá ahí mientras exista la pilota»
Enrique Sarasol, expilotari «Es imposible explicar la pérdida que supone la marcha de Paco. Sólo acierto a decir que se ha ido el más grande, dentro y fuera de la cancha»
Sanjuán, presidente de la Federació «Hemos perdido al más grande de la pilota. Todos lo querían por su don de gente. Es el mejor jugador, al menos de los que yo he podido ver»
Francesc Xavier 'Puchol II', pilotari de escala i corda «Ahora hay que poner en valor todo lo que ha sido en la pilota. Para mí es el mejor jugador de todos los tiempos pero, sobre todo, un gran amigo»
Tonet Ordiñana 'Tonet IV', pilotari de raspall «Paco lo supone todo para la pilota, sin él nuestro deporte no sería lo que es en la actualidad. Con él tenía una gran amistad y me daba buenos consejos»
Pero si mitificó un torneo, fue el Individual, el más prestigioso del deporte autóctono: lo ganó en seis ocasiones y perdió otras tres finales. Cuando se organizó por primera vez la competición, en 1986, Paco Genovés tenía ya 32 años: en el mundo de la vaqueta hay quien se pregunta cuántos títulos tendría si el campeonato hubiera existido desde el inicio de su carrera.
Tras su retirada, Paco Genovés ha sido la imagen de la pilota. Hombre con un carisma fuera de lo común, deslumbraba sólo con entrar en los trinquets. Estuvo durante muchos años realizando labores de formación de jóvenes valores junto al también fallecido Miguel Royo en l'Eliana. De su sapiencia surgió la generación de jugadores que rindió al máximo nivel entre finales de los 90 y los 2000. En los últimos años ha peleado contra su enfermedad, pero eso pocas veces le impidió acudir al lugar donde mejor se sentía, el trinquet. Sentía fervor por su hijo José Cabanes 'Genovés II' y sufría en silencio cada vez que él jugaba. Muy reservado, no le entusiasmaba que se le tildara de mito. Quizás por eso, tenga esa consideración de forma unánime.
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