Una final colosal

Sobre todo de parte de Alfonso Moltó, que lleva años persiguiendo y mereciendo el Fris Grec, el trofeo más prestigioso de la pilota. Pero la vaqueta, a quien se obsesiona con algo, lo castiga. Quizás en algún momento le ocurriese esto mismo a Genovés II y no hay manera de que el bravo y elegante José Cabanes, por mucho que haya expiado sus pecados a base de esfuerzo y pundonor, alce un Individual. Y al de Barxeta, que cuando ganó su primer mano a mano ya dijo públicamente que quería alzar algún día el galardón inspirado en el arte de la antigüedad, más de lo mismo.

Lo suyo ya es una maldición. Cuando podía ganar tres Individuales alternos, se topó con Ian, que parecía que llegaba para comerse el mundo. El de Senyera ya no ha vuelto a ser el de 2017, a pesar de que en este Individual ha tenido contra las cuerdas a Moltó. Otra maldita lesión le lastró y el pilotari deberá tocar las teclas de su preparación para comprobar cuál desafina.

Pero volviendo a Moltó, su segundo mal trago llegó en 2020. Hace unos meses, con el Fris Grec preparado en la escala por si ganaba, se topó con un entonces sorprendente Tonet IV. El de Barxeta no puso sobre las losas todo su juego y su experiencia en el Individual y eso, ante el de El Genovés, se paga caro.

Tonet IV viene de aniquilar a todos sus rivales en este Individual. Sólo le apretó las clavijas Iván de Ontinyent, un chaval del que dicen que tiene madera de manomanista. El chico tuvo cerca la sorpresa, precisamente, en casa del campeón, en El Genovés. La semana siguiente, el mediero no dio opciones a un Salelles II que venía de ofrecer una gran versión ante Vercher.

El estado de gracia de Tonet IV evidencia que Moltó deberá elevar el nivel tras un Individual, en su caso, a medio gas. Ante Roberto llegó a pasar apuros y contra Ian despertó demasiado tarde. Tantas concesiones hoy no le valdrán para ganar. Posiblemente, ni su versión ante Seve. Quizás esa partida le muestre el camino, pero el de Barxeta necesita su mejor versión. La del coloso que sucedió a Waldo. Sólo así podrá mirar a los ojos y doblegar a otra fuerza de la naturaleza que desde hace meses ocupa un trono que ya ha sido suyo en cuatro ocasiones.