El día del Fris Grec o del mitger

La final del Individual de raspall de este domingo (Bellreguard, 12 horas), es histórica. Ya no sólo por tratarse del año del Covid-19, motivo por el cual únicamente podrá haber 150 espectadores en la cancha. Esta partida será recordada por algo que sólo ha sucedido otra vez en la vaqueta profesional: su enorme relevancia en la historia del deporte autóctono gane quien gane. Si lo hace Moltó, a quien se da por favorito, alzará al fin el Fris Grec, el prestigioso trofeo que distingue al campeón del mano a mano en tres ediciones consecutivas o cinco alternas. Sólo lo han logrado Pasqual II y Waldo en raspall, y Genovés I, Sarasol I, Álvaro y Soro III en escala i corda. Pero si se impone Tonet IV, se convertirá en el tercer mitger –tras Grau per dalt y Coeter II, dos veces, en la modalidad de la raspada– que reina en un campeonato que suelen dominar los restos.

La situación que se ha dado en 2020 sólo ocurrió una vez, también en raspall, en 2012. Waldo ganó su décimo título y sexto consecutivo, con lo que se llevó el tercer Fris Grec de su carrera. A su lado posó Coeter II, finalista, ya entonces con un título y que al año siguiente alzaría su segundo y último al superar a Moncho.

«Yo recuerdo que llegué muy bien a las dos finales que gané. Me siento muy satisfecho porque estaba muy seguro de mis posibilidades y salió todo perfecto. Luego perdí tres contra Waldo, que yo no podía ganarle», relata Coeter II: «Como sabía lo que había en cada partida, no recuerdo haberme puesto especialmente nervioso en los días previos».

Waldo conquistó diez títulos, el último aquel de 2012 con triunfo sobre Coeter II. Tres años después también se despidió de las finales del Individual: en una partida histórica y vibrante, cedió ante Moltó, que alzaba su primer título. Al finalizar la partida, el genio de Oliva se despojaba de la camiseta roja y se la entregaba al pilotari de Barxeta, como escenificando el final de una era y el inicio de otra.

«La semana de la final es la más larga de tu vida, porque desde el lunes estás pensando en cómo será la partida», comenta Waldo Vila, que alecciona a los dos contendientes de la final de este domingo: «Yo creo que Moltó tiene experiencia porque ya ha disputado cinco finales. Deberá soportar la presión, y Tonet IV creo que ha de pensar que está preparado. La primera final siempre es más difícil».

«Los mitgers siempre sufrimos más en el rebote y en el saque. Tonet IV es un chico joven y debe empezar a tope, a tratar de hacerle juegos a Moltó. Él suele salir más frío, así que ha de aprovechar eso, que luego le hará falta», comenta Coeter II.

Si este domingo volverá a entregarse un Fris Grec o, al contrario que en 2012, el mitger tumbará al favorito, es una historia que deben escribir Tonet IV y Moltó sobre las losas de Bellreguard. El de Barxeta aspira no sólo al trofeo, sino a acercarse a Waldo, diez veces campeón del Individual. El de Oliva alzó tres veces el Fris Grec, una de ellas en la intimidad: «Me lo entregaron en la Federació, fue una de las situaciones más tristes que he vivido en mi carrera deportiva».

Aquello sucedió fruto de un error al contabilizar los títulos y, el día de la final, nadie se percató de la posibilidad de que Waldo se llevase el Fris Grec en propiedad. «Estaba triste y no quise hacerme foto ni nada. Lo metí en el maletero y regresé a casa», recuerda Waldo. El tiempo todo lo cura y ahora recuerda la anécdota con una sonrisa.

Como cuando habla de dónde está cada Fris Grec: «Uno se lo cedí a mi madre, que le hacía ilusión guardar uno en casa. Otro lo conservo en la mía y el tercero lo tengo prestado a unas personas que están preparando una exposición o algo así». Moltó quiere ganar el suyo para que presida el salón de casa. Waldo tiene un proyecto que nunca acaba de arrancar: «Montar un espacio, un despacho donde estén los trofeos más importantes». Lo que nadie podrá arrebatarles es su rincón en la historia de la vaqueta.