Mar Giménez tiene dos cosas claras desde siempre: era una adolescente cuando ya proclamaba su deseo de triunfar y disfrutar con la pilota, y el ... de trabajar como médico. Lo primero ya lo ha conseguido y de lo segundo va en camino. Después de seis años en los que el tiempo era un bien escaso y preciado al compaginar la vaqueta con los estudios, la vida le cambió en diciembre de 2023. Expiraba el último curso académico previo al MIR cuando un mal gesto en una pelota parada en Sueca le desencadenó su peor lesión hasta la fecha: una rotura de menisco.
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Tuvo suerte, principalmente porque no tenía el tendón de su rodilla derecha afectado. «Era el Trofeu de Mestres, el 15 de diciembre. Me resbalé. La rotura era milimétrica, así que en principio optamos por un entrenamiento conservador», recuerda. Mar hizo rehabilitación y ese machacó en el gimnasio para fortalecer la musculatura de su pierna. Cuando volvió a la máxima intensidad en el trinquet, en principio parecía que todo iba bien.
Pero no. A la segunda partida se resintió con una rotura más grande. Había que operar. Y de nuevo tuvo suerte. «Tenía una malformación en el menisco, que era más grande de lo normal. Yo ni lo sabía, me lo dijeron cuando me deserté de la anestesia... así que se quedó como si fuera el original», simplifica Mar Giménez. Aquello era el 10 de abril y se abría un periodo de recuperación inhóspito para ella: «Nunca había estado tanto tiempo de baja. Una, dos semanas... no más».
Pero acabó el curso y ella seguía fuera del trinquet. Cumplió los 24 años y continuaba de baja. Hasta que afrontó el tramo final de la recuperación con vistas a la Copa. Disputó la primera partida a finales de agosto, en fiestas de Gandia. «No he tenido miedo por la rodilla... de hecho el otro día la doblé y no sentí ni dolor ni nada. Pero aquel día, aunque era una partida en la calle, que son más lentas, sí que la cabeza me hacía ir con un poco de reparo por si acaso», comenta.
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Entonces ya había decidido cómo afrontaría el nuevo curso y la temporada. «Estoy estudiando el MIR, que los exámenes son en enero... pero me he puesto el objetivo a dos años. Llevo seis estudiando muchísimo por la carrera de medicina y me lo quería tomar con más calma para centrarme un poco más en la pilota y en otras cosas», explica Mar Giménez. De momento la apuesta le está saliendo bien porque ha encarrilado su pase a semifinales de la Copa, donde forma equipo con Clara y Anabel. Pero reconoce que esa vuelta a la competición no ha sido para nada sencilla: «Es que llevaba nueve meses sin competir a ese nivel».
Y se nota. Además, debutó en la Copa en Oliva, uno de los trinquets más grandes. «Rendí a un nivel que estaba a años luz del que tenía antes de romperme el menisco. Llegué a pensar que nunca sería la de antes, pero en las dos siguientes ya he ido mejorado», admite. Y se siente bien, con las ganas intactas de disfrutar de la pilota y de ser médico. Sus dos deseos desde niña.
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