Marc y Conillet son los nuevos campeones de la Copa de escala i corda después de imponerse en una partida igualada y dauera hasta el iguales a 35, pero que a partir de entonces dominó claramente el equipo azul (60-35). Puchol II y Álvaro ... Gimeno no dieron nunca sensación de poder romper desde la parte del resto de un trinquet mayoritariamente entregado a sus rivales.
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Y es que Conillet es de Orba, localidad cercana a Dénia y que se ha volcado con su vecino. Este, campeón ya de Copa como punter en 2015, se ha consagrado como mitger en los dos últimos años pero especialmente en este torneo. A la potencia habitual de Marc se ha sumado la suya y un conocimiento extra de la cancha como factores decisivos en la final frente a Puchol II y Álvaro Gimeno.
Josep Roig ‘Conillet’ tomó una decisión vital hace un par de años: dedicarle más tiempo a la pilota. «A costa de quitárselo a otras cosas, sobre todo a llegar a casa más tarde. Afortunadamente tengo una pareja (María) que me apoya», comentaba el joven, cuyos ojos azules celeste brillaban más que nunca. Lo decía en los primeros instantes de sosiego después de una semana trepidante. «La gente me pedía que le reservara entradas y ya tenía que conectar otra vez con la final. Intentaba aprovechar el trabajo para conseguirlo, pero he tenido cada día esas mariposas en el estómago», admite. El mitger que movilizó ayer medio (o más) Orba hasta los 18 kilómetros que separan esta población de Dénia se desmelenó ante los suyos.
Enfermero de profesión, compagina este trabajo en Mislata con la pilota. Compañeros suyos dicen que en esta profesión «es un encanto». «Atiendes a gente que lo está pasando mal, hay que ser así», apunta. Puchol II y Álvaro Gimeno no opinarán lo mismo porque completó frente a ellos una partida magistral. Dio una lección de parar pelota y de cargar al aire. «No sé si la mejor de mi vida, pero esta sí que ha sido la más importante. La he jugado con el corazón», reconoció Conillet. «Ha habido un momento que yo desde el resto no me he sentido tan cómodo», apuntó Marc, el resto campeón de Copa. Pues no se notó porque en conjunto el dúo azul fue claramente mejor que el equipo rojo.
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Por lo menos a partir del iguales a 35. Hasta ese momento la partida había sido dauera. Los azules sumaron desde esta parte y luego... «¡Vamos!», gritó a todo pulmón Conillet cuando Marc, con un golpe sensacional de rebote, aprovechó el primer val desde el resto (val i 15 tenían) para romper y, valga la redundancia, hacer añicos la final. (45-35)
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El pilotari de Montserrat, quizás eclipsado con la exhibición de Conillet y la euforia de su gente de Orba, protagonizó también una partida sensacional. Dio la sensación de dar otro paso al frente en ese objetivo de convertirse en el pilotari perfecto. Su anhelo, el Individual. «Si te digo la verdad, este año creía que no se me escapaba. Tenía ganas de que empezase de nuevo», aseguró.
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Aquel día cedió frente al actual número uno, Puchol II, que sufrió ayer la maldición del triplete: nadie, ni en escala i corda ni en raspall, ha encadenado un mismo año Lliga, Copa e Individual. Álvaro Gimeno, que acabó con rampas, aspiraba a firmar doblete (Lliga y Copa) en su primer año como mitger profesional. Ambas gestas deberán esperar. La pareja roja lo intentó todo para reconducir la partida a sus intereses, pero la segunda rotura les demostró definitivamente que no era un día triunfal para ellos. Álvaro acabó con rampas; Marc y Conillet, eufóricos (60-35).
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