Un mes lesionado y cruce de destinos

Murcianet tuvo que parar cerca de un mes por un desgarro en el hombro derecho. No obstante, el de Castelló pudo mostrar el poder que guarda en un último juego que certificó el pase a semifinales. «Empecé acusando el descanso, pero recuperé sensaciones y el miedo se me quitó», explica Adrián López.

Fue en otra partida de la Copa cuando Murcianet se lesionó. Justo en el trinquet de El Genovés, ante Badenes y Tonet IV. El mitger de Castelló terminó la partida por respeto, puesto que la lesión se produjo en el último juego. Sin embargo, Murcianet tenía que dejar pasar toda pilota que venía a su costado derecho. Fue el pasado 6 de octubre y desde entonces, el castellonenc se perdió dos encuentros de la segunda fase.

«Cuando te lesionas, la cabeza te da mil vueltas y tienes que intentar no venirte abajo», manifiesta el de la Ribera Alta. Durante este periodo, Adrián López tuvo que entrenar con limitaciones, puesto que la zona afectada es delicada a cada movimiento del cuerpo. Una preparación centrada en el tronco inferior para no perder esa viveza que tanto le caracteriza sobre la cancha.

Todo esto ya queda atrás, aunque los fantasmas del pasado no escapan. Sus semifinales serán en el mismo lugar y ante los mismos rivales de la lesión, es decir, Badenes y Tonet IV en El Genovés. «Llego con más calma tras la última partida. Creo que es el destino. Quiero ganarle al número uno que además está muy bien acompañado. El reto siempre es ganarle al mejor», comenta Murcianet. Además, la pareja que forma junto a Moltó es algo que atrae al de Castelló. «Me aporta veteranía y acaba muy bien las partidas. Sabe estar en el trinquet. Por ejemplo, contra Vicent y Lorja. Perdíamos por 10 a 0, camino del 15, y Moltó estaba muy tranquilo. Sabía que no era su última palabra y, en este sentido, somos diferentes. Por eso nos complementamos y porque su juego largo y su saque me beneficia para rematar», analiza un pilotari diferente y espontáneo.

Una excentricidad que Murcianet transmite a través de su peinado, cuya melena se transformó en trenzas en el último envite y ahora puede ser el factor suerte que le haga llevar al título. Al menos, así lo cree Adrián.