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«Ya no tengo miedo a nadie»

«Ya no tengo miedo a nadie»

Pablo ha pasado de la posible retirada a ganar la Copa y ahora apunta a la Lliga | El resto de Barxeta, junto a sus compañeros Seve y Lorja, son los únicos que mantienen la condición de invictos en la competición de raspall

josé a. monteagudo

Lunes, 27 de enero 2020, 23:40

Después de tres jornadas completadas, una parcialmente a causa del pasado temporal, solamente un equipo mantiene la condición de invicto en la Lliga Bankia de raspall, el representativo de Alzira de Pablo, Seve y Lorja. Y, si bien es cierto que el mérito de la excelente trayectoria le corresponde al bloque, la figura de Pablo está siendo la más elogiada por el público.

Así de cruel y extraordinario es el deporte y la pilota en particular. El joven resto de Barxeta llegó a plantearse poner fin a su trayectoria profesional y poco después se proclamaba campeón de la Copa junto a Tonet IV. "Eso me animó para ver las cosas de otra manera y esta confianza la he trasladado a la Lliga. Ahora es una aventura nueva que afronto con unos compañeros magníficos. Me hacen caso, me hacen sentirme importante y eso implica que yo me vea capacitado para llevar las riendas del equipo", apunta Pablo.

Dice Pablo que la consecución de la Copa le ha ayudado a volver a creer en sí mismo. Y antes que eso, sus padres. "Han sido los que me han hecho cambiar. Es por ellos por lo que voy a ir a muerte a intentar ganar la Lliga. Han recuperado al Pablo de antes, han conseguido que vuelva a tener ilusión por jugar, por entrenar, que entre en el trinquet motivado. Ya no tengo miedo a nadie. Al contrario, cuanto más complicado es el rival, más deseo jugar esa partida", explica.

Ilusión la de Pablo. Y por lo que respecta al que "más padece" cuando viste de blanco: orgullo. "Me emociona que mi padre me diga que está orgulloso de mí, de mi capacidad para haber superado el bache. Creo que no se esperaba que su hijo volviera a estar como estoy ahora. Y yo tampoco, pero lo he conseguido gracias a él y a mi madre".

Si el objetivo es la Lliga, de momento está bien encarrilado. "Siempre he creído en mi equipo pero he de reconocer que este inicio ha superado mis expectativas. Creo que la clave está en que los tres nos encontramos muy bien para jugar, pero sobre todo en que hay una gran sintonía. Somos una pequeña familia. Seve y Lorja saben por lo que he pasado y durante las partidas no paran de animarme. En todo momento hay compañerismo, apoyo entre nosotros. Si fallamos un quinze no hay una mala palabra. Al contrario, nos unimos más para que el siguiente lo hagamos nosotros", señala.

Este buen ambiente se traslada al día a día. "Durante la semana hablamos y nos enviamos mensajes continuamente. Hemos acabado una partida y ya estamos pensando en la siguiente, en quiénes serán los rivales y cómo debemos jugar ante ellos. Si a este hay que buscarle por delante, si al otro hay que atacarle la izquierda o si es mejor jugar a la careta. Yo, por ejemplo, el domingo me puse la partida de Xeraco para verla con tranquilidad y estudiar cómo debo jugar a Moltó en la próxima partida en Dénia", dice.

Pablo apunta al duelo contra su paisano casi como una final: "Porque si ganamos estaremos muy cerca de las semifinales". Y como otra oportunidad de seguir llenando de orgullo a los suyos. "Se lo merecen y creo que yo también. Oigo los comentarios en el trinquet y la gente incluso me para y me felicita. En la partida que jugamos en Bellreguard me quedó marcado el reconocimiento de todo el público por mi actuación. Este apoyo me está haciendo mucho bien",

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