El Individual de escala i corda es una competición que va de reinados, y de los largos. En el siglo XXI sólo ha habido dos pilotaris que han osado ocupar el trono de forma transitoria, y si se considera el 2000 como el primer año ... de esta centuria. Fue entonces cuando se produjo la histórica victoria de Grau, el único mitger que ha logrado alzar hasta la fecha el título más mediático y prestigioso de la escala i corda profesional. Miguel, en 2010, aprovechó una edición 'entreguerras', en la que pudo imponer su manual y su admirada técnica para acceder al palmarés.
Aún quedaba el último baile de Álvaro, que se produciría en 2011. Finalizó ahí el reinado del zurdo de Faura para iniciarse el de Soro III. Y el de Massamagrell dominó el Individual hasta que compartió casi un lustro el favoritismo con Puchol II y luego ha sido este el rey indiscutible. El gran damnificado en estas hegemonías fue Genovés II, a quien unas veces la fortuna y demasoadas las lesiones le apartaron del Fris Grec.
Y ahora ha sido una lesión, precisamente, la que ha amenazado el reinado de Puchol II. Al menos, en 2024 el de Vinalesa tendrá que ceder el trono y no podrá hacer historia al lograr su séptimo Individual, superando en títulos al mismísimo Paco Genovés y a Sarasol I. Lo ha intentado todo, consultando a un sinfín de especialistas, incluso a un fisio que trató de la rodilla al famoso montañero Jesús Calleja, pero nada. Ha apurado hasta el final pero sigue sin competir a días de que arranque el mano a mano: puede golpear por bajo, pero cuando lo hace por arriba, el hombro le duele. Se va a tomar su regreso con tranquilidad, y quizás pide que a la vuelta le pongan partidas en pareja, menos largas y pesadas que las de trío, para empezar a testarse. Desde luego, su renuncia al Individual responde a que no quiere arriesgar para, además, comparecer mermado en un torneo para el que cada año hay más rivales preparados a conciencia para tumbarle.
Y sí, hay más candidatos que nunca. Sin Puchol II hay dos que, por finales disputadas (y por tanto experiencia) parecen los claros favoritos a hacerse con el trono del de Vinalesa. Uno es sin duda Pere Roc II. El escaleter de Benidorm tiene hasta tres puntos a favor: uno que ha disputado las mismas finales (2017, 2018 y 2023). Esto puede ser un punto de presión, pero sabe manejarse en este tipo de partidas. Además, es zurdo, un factor muy a favor en el Individual. Y la última, las sensaciones, pues tras unos años en los que daba la sensación de haber bajado un punto, en los últimos meses se le reconoce de forma generalizada un nivel altísimo.
Muy cerca o, quién sabe, si a la par o un punto por encima está Marc de Montserrat. Olvidados sus problemas de hombro, ha sabido domar su potencia para compaginarla con técnica y saber leer las partidas sobre las losas. Jugó la final de 2022 contra Puchol II y el año pasado lo tuvo contra las cuerdas en Vila-real en semifinales. Se siente preparado para dar el paso definitivo.
No hay que olvidar a Giner. El de Murla está pletórico después de ganar la Lliga hace unas semanas. Desde que cambió rutinas y dio el paso al frente en plena pandemia es de pleno derecho uno de los escaleters de referencia. Además, tras ganar la Lliga se quitó presión. Sabe que tiene manos pero prefiere ir de tapado y esa puede ser una ventaja. Su desparpajo innato quizás le alivie en una hipotética final en Pelayo, se dice que en la primera siempre se paga la novatada.
Quien ya sabe lo que es disputar una es Lluís de la Vega. Al de Almussafes hay que ponerle en las quinielas por eso y por su dominio de las dos manos. Cierto que últimamente es una incógnita, pero esta es su ocasión en el Individual. Y junto a él, Álvaro Francés, otro de los que se dice que tiene un Individual en sus brazos: ¿emulará quizás a su maestro, Miguel de Petrer e irrumpirá en el palmarés en un año entreguerras? Es sin duda un manomanista nato y, de hecho, ha sido convocado para el desafío del domingo contra Giner.
Y detrás de ellos hay una serie de pilotaris a los que no hay que olvidar, que pueden ganar a cualquiera y que adquiriendo confianza durante el torneo perfectamente pueden ganarlo. Uno de ellos es José Salvador, que está ante su oportunidad de superar definitivamente la barrera de cuartos. Y una ve ahí, ¿quién sabe? No es inferior a nadie. Salva Palau es zurdo y tiene una potencia bestial que, bien controlada, es un arma de destrucción masiva. Dicho esto, que nadie se fíe de las nuevas generaciones, especialmetne Diego de Onda y Mario de Riba-roja, que son el futuro pero ya tienen mucho presente.
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