A Alfonso Moltó no le importa la ola de calor. «Otros años he preparado el Individual en verano. Entrenaba en julio y en agosto. No me preocupa», ha afirmado el defensor del título durante la presentación de la final del mano a mano de raspall, que se disputa este domingo en Oliva. «Está claro que me gustaría jugar a 20 grados, pero es lo que hay. Es para los dos y estamos preparados», ha replicado su rival, Julio Marrahí.
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Ambos pilotaris reeditan la ultima final del Individual de raspall, la disputada en octubre en Bellreguard, donde se impuso Moltó. «Es un trinquet grande y noble. Con mucha capacidad y sitios para la gente que vaya a la final sin el peligro de recibir un pelotazo», ha indicado el resto de Barxeta. «Es grande, casi me gusta más... y vamos a Oliva, cuna de Waldo y los Malonda. ¡Qué menos que albergue una final como esta!», ha comentado Marrahí.
Tanto el de Villanueva de Castellón llegan a la final tras haber evolucionado en su juego. «He introducido cosas y trato de ser más técnico», señala Marrahí. «En el Individual es renovarse o morir, siempre tratas de mejorar y reinventarte», afirma Moltó. Los dos restos ven con buenos ojos que la final pase a disputarse a cinco juegos, aunque eso pueda suponer que se alargue la partida.
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