El pasillo de casa que forjó a la campeona

Con 16 años creía Victoria Díez que había vivido su temporada más exitosa. Aquel año lo ganó todo, el torneo de raspall tríos y de parejas, campeona Individual, en el Europeo de Tavernes (en one wall sub-17 y llargues sub-19) además de conquistar la Supercopa. Este último título por cierto lo disputó en Pelayo.

La Catedral no es el lugar más cómodo para una jugadora de raspall, pero tiene ese «algo» que enamora a cualquier pilotari. Desde aquel año, Victoria ha seguido cosechando éxitos. Le abruma cuando le dicen que es «referente» del deporte valenciano por excelencia. Ha madurado en el juego de ese deporte que empezó a practicar en el pasillo de su casa y al que entrega su vida: «No me creo lo que estoy consiguiendo. Pienso en cuando era pequeña y me parece imposible y a día de hoy sé lo que he conseguido pero no me considero que sea la mejor, pero me motiva mucho ver cómo voy dando pasos hacia adelante».

La pilota no le deja de rondar por la cabeza. También en las épocas de descanso. Como ahora. Estudia biotecnología en la Universitat de Valencia y los exámenes están a la vuelta de la esquina. «Después de las pruebas, volveré a entrenarme, pero es cierto que siempre pienso en seguir haciendo ejercicio para no perder la forma», relata después de una temporada en la que ha cumplido los objetivos que se había marcado. El secreto, «trabajo y paciencia».

Enfocada en sus estudios, sabe que, en algún momento de su vida, tendrá que dejar de lado su entrega a la pilota: «A día de hoy es imposible vivir de este deporte. Me gustaría que fuese posible pero para ello tendría que empezar a trabajarse ya en ello». Considera Victoria que es fundamental la «visibilidad» de este deporte: «Es importante hacer campeonatos profesionales, que la gente los vea, acuda a los trinquets y demás espacios y se enganche a este deporte».

Le satisface pensar en la cantera que existe, sobre todo en categoría femenina, donde augura un futuro prometedor. «Cuando era pequeña había tres niñas o cuatro que destacábamos, ahora hay más rivalidad, cada vez gana una, tienen todas un gran nivel, el trabajo de las escuelas deportivas es fundamental», concluye.