MOISÉS RODRÍGUEZ
Domingo, 3 de marzo 2019
Enrique Arce es feliz. Iba para abogado y, de hecho, estudió hasta cuarto de derecho en el CEU. Ya había hecho sus pinitos de actor y le dio por apuntarse para una prueba en la escuela de arte dramático en Nueva York. «Dije en casa que me iba a pasar un fin de semana con un amigo a Dénia, sin idea de que me aceptarían. Cuando lo hicieron, tuve que comunicar que me dejaba la carrera. Mi madre estaba llorando. Este hombre sólo me dijo: 'Sé el mejor'», afirma señalándolo.
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A Vicente, un burgalés a quien Hidroeléctrica envió a Cirat cuando tenía 20 años. Se enamoró de Monse y ya lleva 55 por aquí. «Cuando yo era joven, a pilota se jugaba bastante, sobre todo en los pueblos. Ahora menos, pero fuera de la ciudad se mantiene», comenta el hombre, que participa en la charla.
* Trayectoria
Valencia Nacido aquí en 1972, reside muchos meses fuera.
Derecho Estudió hasta cuarto en el CEU, pero lo dejó.
Nueva York Allí inició su formación en arte dramático.
* Últimos trabajos
'La casa de papel' Como Arturo, se prepara la tercera temporada.
Terminator 6 Película que se estrenará a finales de año.
Novela 'La grandeza de las cosas sin nombre' está a la venta.
A sus 46 primaveras, Enrique Arce vive su mejor momento profesional, y no sólo por la notoriedad que le ha dado el papel de Arturo en 'La casa de papel', la serie española más vista de la historia. «Ninguno de mis compañeros de carrera es más feliz que yo. Según un estudio reciente, el 92% de los actores españoles cobra menos de 12.00 euros al año y sólo un 1% más de 100.000. Aparte de que lo llevo con vergüenza porque algo está haciendo mal mi país, es una sensación de gratitud a la vida inmensa. A los 30 lo estaba pasando fatal en Estados Unidos y hace dos telediarios vivía en un piso compartido en Londres. Todo se lo debo a este señor», afirma.
Orgulloso de ser valenciano, se declara amante del deporte. «Yo veo un español jugando a petanca y me pongo a verlo. Estaba viviendo en Los Ángeles, vi una competición de natación sincronizada y había una española maravillosa. Era Gemma Mengual. Cinco días después la conocí y fui cuatro años novio de ella», comenta. Relata esta anécdota para lamentar la escasa accesibilidad a la información de pilota. «Lo poco que sé es leyendo tu periódico... A veces he visto alguna partida en Punt 2 cuando he estado por aquí, pero pienso que no ha recibido el apoyo institucional que debiera y que sí han tenido otros deportes como el fútbol», sostiene.
«Me encantaría que me gustase y apostar por ella. En Miami la cesta a punta es la hostia y eso lo llevaron allí los vascos», señala. A lo largo de la conversación, la comparativa entre la defensa de las tradiciones por parte de los vascos y los valencianos surge en varias ocasiones. Por ejemplo, se le comenta que en series como 'Allí abajo' o 'Presunto culpable' aparece el frontón. «La pilota salió en 'L'Aqueria Blanca'... ¿Y qué podemos hacer? ¿Traemos a Pelayo a los actores de 'La casa de papel'? Han estado rodando por aquí... Yo vivo mucho tiempo fuera, pero me siento muy valenciano y me ofrezco para hacer de embajador de la pilota», asegura tras exponer su diagnóstico: «No tiene el mismo nivel de impacto. Para los vascos el frontón es una religión, como las traineras. Aquí la pilota no lo es».
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Es más, se lanza un órdago a sí mismo. «Me dicen que soy la fallera mayor de Madrid porque siempre estoy hablando de lo nuestro, y sin embargo aquí hay gente que me pregunta si soy valenciano. Siempre voy a defender las virtudes de esta tierra, su cultura, las fallas, la pilota...», proclama Enrique Arce: «He traído a un rumano, a una australiana, a un polaco... y ya se quieren comprar casa aquí. Vivimos en el mejor lugar de España, pero no defendemos lo nuestro. ¿Cuantos pilotaris viven de su deporte? ¿Seis? ¿Diez? Lo tenemos todo, clima, gastronomía, mar, montaña... pero también un problema: que no nos creemos lo nuestro y que si le va mal al vecino, mejor».
Relata otra anécdota, de cuando le ofrecieron un papel de una serie en la antigua Canal 9: «Me dijeron de interpretarlo como quisiera, en castellano o en valenciano. Si la televisión es el vehículo de la difusión de la lengua, tenía que hacerlo en valenciano, aunque me costase más trabajo. Aprendí a hablarlo bien en tres meses». Enrique Arce también se ha lanzado en su faceta como escritor con 'La grandeza de las cosas sin nombre': «La escribí en un momento difícil de mi vida y es una novela muy sanadora. Me dicen que se la han dado a gente que está en la UCI y eso es un orgullo».
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Antes de irse, vuelve a ofrecerse como embajador de la pilota: «Me llama mucho la atención el raspall y la escala i corda porque, por lo poco que he visto, me parece un deporte muy difícil. Ahora estoy con el Valencia con todo lo del centenario. El equipo de Anil Murthy se ha apropiado de mí... pero el fútbol es más universal. Me encantaría conocer bien la pilota, empaparme, Si quieren, estoy a su disposición».
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