La pilota, a puerta cerrada por primera vez en su historia

Dentro de poco más de un mes se dará una imagen para la historia en la pilota. En los siglos de existencia del deporte autóctono jamás se había disputado una partida a puerta cerrada, más allá de algún desafío en el que dos o más jugadores se apostasen algo durante un café. Pero de competiciones oficiales, nada. Es más, el público se considera un factor decisivo en lo que acontece en el trinquet y siempre se ha enumerado como un valor añadido la cercanía entre jugadores y espectadores. La crisis del coronavirus va a obligar a retomar las competiciones con las escalas y galerías desiertas.

Al principio del estado de alarma, allá por principio de marzo, se mantenía que no habría pilota de élite sin público. Los ingresos por las entradas y los de las apuestas –cada vez menos determinantes– se consideraban imprescindibles. Con el paso de las jornadas, la puerta cerrada empezó a considerarse como una opción. Al principio se hablaba de algo remoto y de una última alternativa aunque a finales de la semana pasada ya se empezaba a digerir que era la solución.

La Fundació que gestiona la pilota profesional anunció ayer que las partidas de escala i corda y de raspall profesional se retomarán el primer fin de semana de julio, esto es, entre el 3 y el 5. Se comenzará con la Lliga de ambas modalidades, que estaba en la parte final de su fase regular. Después deben disputarse las semifinales y la final.

Este organismo precisa que se van a priorizar las competiciones oficiales, esto es, la Copa –concluirían a finales de octubre– y el Individual. El mano a mano, que debía celebrarse antes de verano, se retrasa a noviembre y diciembre, como sugirieron los pilotaris. Entre agosto y septiembre se tiene la intención de disputar otros torneos como el Diputació de Frontó, los Diputació d'Alacant y Diputació de Castelló de escala i corda, y el Mancomunitats, de esta última modalidad y de raspall.

Los rectores de la pilota de élite han valorado que, si no se retoma la actividad, resultará imposible cuadrar ya en 2020 todos lo torneos que cuentan con patrocinios privados y de instituciones. Para paliar la ausencia de público, la Fundació negocia con À Punt para que retransmita el mayor número de partidas posible, más allá de la que celebraba de forma semanal y que no siempre era de competición de élite.

La idea de la pilota profesional, en todo caso, pasa por recuperar el público en las canchas en cuanto sea posible. Sobre los pilotaris, los que están afectados por el ERTE volverán a depender de la Fundació cuando se retome la Lliga a partir de julio, siempre y cuando las autoridades sanitarias lo respalden.

La Fundació trasladó ayer su preocupación por la pérdida de ingresos que ha causado la pandemia a la pilota, recordando además que la vaqueta es Bien de Interés Cultural (BIC). Igualmente, existe también otro problema: de los jugadores de élite sólo 24 cuentan con ficha –y por tanto, contrato profesional–, mientras hay un amplio colectivo que cobra por partida disputada o con acuerdos temporales cuando son seleccionados para un campeonato. Estos deportistas llevan más de dos meses prácticamente sin ingresos, ya que muchos completan sus jornadas en sectores como la educación y en puestos que también han parado.

También regresarán en julio las competiciones de clubes organizadas por la Federació de Pilota Valenciana (FPV). Al igual que la Fundació, este organismo lleva semanas trabajando en la reestructuración de los calendarios. En este caso se van a priorizar los torneos individuales, donde la cercanía y, por tanto, el riesgo de contagio, se reduce.

También se volverá a puerta cerrada y en el caso de estas competiciones preocupa menos cuándo podrá volver el público. Los jugadores no son profesionales y no se cobra entrada por acceder a las canchas.