A lágrima viva. Con emociones contrapuestas: alegría propia y tristeza por el compañero del lado opuesto de la cuerda, y viceversa. Así acabó ayer la Lliga de escala i corda. Definitivamente, el deporte de élite es sumamente injusto. La soberbia final que brindaron Puchol II, Nacho, Hilari, José Salvador, Guillermo y Álvaro Gimeno no merece que se hable de vencedores y vencidos. Este relato debería ser el de seis gladiadores (y los dos feridors, Héctor de Sueca y Andreu de Bétera) que brindaron a un Pelayo repleto una final maratoniana. Más de dos horas de quinzes interminables y juegos disputadísimos.
Publicidad
Una locura. El orden de los jugadores, por cierto, está desordenado adrede. Pero si de esta batalla finalizada en 60-45 hay que ungir a alguien, ese es Álvaro Gimeno. La retirada de Félix dejaba la vacante de un mitger para la Lliga. La Fundació confió en de Massalfassar. Las malas lenguas dirán: ‘Vale, ha ganado pero con Puchol II’. O lo que es lo mismo: ‘¡Así cualquiera!’. Sí, sí, que analicen la partida de este sábado y el recital del mediero rojo. Hasta el 50-40, pero sobre todo después.
Álvaro Gimeno quiere ser como Grau, el mejor mitger de la historia de la escala i corda, el único que ganó el Individual. Él lo juega –«me gusta», admite–, sin pretensiones de ganarlo... al menos por ahora. Donde sí quiere ganar es cada vez que queda con Grau para jugar al ‘Gran Turismo’, un videojuego de carreras de coches: «Ahora está ocupado y juego yo solo al FIFA». Álvaro Gimeno está más cerca de emular a su amigo y referente. Sobre todo con gestas como la de este sábado en la catedral de la pilota.
Tras ese 50-40 se marchó al vestuario. «Sufro de rampas y será por la deshidratación o la tensión, pero me ha dado una crisis», comentó Álvaro Gimeno: «Los fisios de la Fundació me han salvado la partida». Esos minutos de incertidumbre hicieron más fuertes como equipo al trío rojo. Puchol II entendió que debía ejercer de número uno e Hilari, elevar el nivel, asumiendo más protagonismo del habitual en una partida de punter.
«Esta era mi tercera Lliga, en las dos anteriores me he quedado en semifinales. Estoy contentísimo», indicó Hilari, rival de Álvaro Gimeno en esa batalla por jugar en el medio: «La próxima espero ya jugarla como mitger». Pero esta vez no tocaba. Era el momento de respaldarle: «Si un compañero está mal hay que ayudarle o nos vamos todos para abajo».
Publicidad
Puchol II, Álvaro Gimeno e Hilari fueron un bloque pétreo, única fórmula para contrarrestar en esta final a un trío azul que rozó la perfección: un José Salvador erigido ya en resto de referencia y que lo pasa todo; un Nacho que demostró que es el mejor mitger del momento sin lugar a dudas; y un Guillermo contundente que apenas cometió fallos. «Yo no tenía ninguna pretensión, estoy muy satisfecho por la faena. Me siento triste, quería ganar la Lliga por mis compañeros», lamentó Nacho, que se fundió en un abrazo con Puchol II. El número uno, por cierto, ya suma cuatro títulos de Lliga... como Álvaro, la principal leyenda del Individual, el torneo favorito de Puchol II y que ya está a la vuelta de la esquina.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.