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Puchol II está a dos partidas de jugar con la presión de saber que el Fris Grec está en un rincón de Pelayo esperándole. Esa misma sensación que ha pesado a Moltó, en raspall, hasta el punto de no haber conseguido aún su sueño. Los pilotaris dicen que no les obsesiona, pero sin duda este es el trofeo más prestigioso en la vaqueta de élite, el que les ecumbra de forma definitiva. A Puchol II se le considera, por méritos propios, el número uno indiscutible en la escala i corda. Se habla de que el mano a mano, si no ocurre nada extraño, debe ser suyo por quinta vez. Pero claro, las partidas hay que jugaras y, en el trinquet, las cosas inesperadas, suceden.
El primer aviso lo recibió en su debut. El sorteo no le ha deparado para nada un camino de rosas. Para cuartos, la proyección es que se enfrente a Giner, que por manos debe ser un futuro campeón Individual, siempre y cuando el de Murla cumpla sus pronósticos ante otro rival incómodo, Víctor Bueno.
Pero es que para meterse en cuartos, Puchol II tuvo que vencer a un zurdo, siempre una dificultad añadido, como es Salva Palau. El chaval, potente y otro de los que habrá que tener en cuenta en el futuro, tardó en entrar en partida. Se vio 35-15 en contra y con val-0 para que su rival sumase el 40. Entonces se despojó de los complejos y ofreció su mejor versión.
Desde el dau buscaba el pouet y los pies de Puchol II, evitanto el rebote que le había acribillado hasta entonces. Empezó a recuperar terreno, hasta el punto de colocarse a un solo juego de Puchol II (45-40). El número uno tuvo que elevar el nivel para volver a apuntalar su victoria. Ahora al de Vinalesa se le conceden dos semanas de respiro, hasta que el día 14 se juegue en Massamagrell el pase a semifinales.
Otro especialista en el mano a mano también tuvo que ofrecer sus credenciales sobre las losas. Francés está de vuelta tras su complicada lesión. Tenía enfrente a un rival inexperto en el torneo, que no en la modalidad. Carlos Donat llegó a Pelayo con la credencial de ser el campeón sub-23 y no defraudó. Criado en la galotxa, el de Marquesat no ha jugado a raspall durante su formación. Supo esperar su momento y, cuando el de Petrer le dio un respiro, le apretó. Al final, la promesa decidió con un más que honroso 60-40.
Tampoco puede confiarse Genovés II, que afronta su último Individual, por lo que cada partida puede ser su despedida del mano a mano. Este domingo (12.00, Dénia), se mide a Santi, que fue finalista del Individual.
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