La Selecció Valenciana retiene el trono en su Mundial

La Selecció Valenciana cierra una etapa larga e incierta que se abrió con el soberbio campeonato donde se ganó todo. El de Colombia, con triunfo global y recuperando el de la modalidad reina, el de llargues. Seis años después y con una pandemia de por medio, el combinado, muy renovado con respecto al de 2017, ha defendido su trono y retiene su hegemonía con algo más de suspense, algo que quizás sea hasta positivo para la pelota a mano a nivel internacional.

Porque definitivamente el País Vasco está ahí, entre los combinados a tener en cuenta en las competiciones organizadas por la CIJB. Cerca de las finales y deslizando si intención de organizar alguno de los torneos en un futuro no muy lejano. De momento, los jugadores de Euskadi cerraron su participación en Alzira con un tercer puesto más que notable en llargues -que hay que sumar a su dominio en frontón valenciano- que benefició a la Comunitat Valenciana.

Su victoria en la final por el bronce descabalgaba a Países Bajos, dominadores en one wall, de la batalla por el triunfo en la clasificación general. Esto hacía matemáticamente campeona a la Selecció Valenciana antes de la partida por el título en llargues contra Bélgica. «No teníamos presión porque éramos campeones del mundo, pero los jugadores querían redondear este Mundial con la victoria de llargues, que es la modalidad reina. Además tenemos un equipazo que cuando está compenetrado muestra el nivel que se ha visto en la final», ha señalado el seleccionador, Vicent Molines.

En esa partida, marcada por el fuerte viento en la plaza de la Generalitat de Alzira, la Comunitat ha vencido a Bélgica por un contundente 6-2 que no expresa la dura batalla que han protagonizado valencianos y centroeuropeos, cuya liga de llargues es profesional con sueldos que en España son propios de otros deportes. Los belgas, por cierto, para este campeonato local ya han lanzado el anzuelo en la pilota valenciana: Sacha se convertirá en las próximas semanas en el primer español en participar en su competición y en estos días también se ha tentado a Diego de Onda.

El joven castellonense ha sido la gran sensación en la Selecció absoluta. Fue protagonista en juego europeo y en llargues, donde su aportación este sábado desde la banca ha sido trascendental. Su saque ha hecho mucho daño a los belgas, que han plantado cara hasta el 2-2, pero que después han caído fruto de sus propios errores. También de los proyectiles del propio Diego y José Luis Calvo (que ha cometido algún error) o la velocidad de respuesta de Giner, Sacha y Pere Roc II. El 6-2 final quizás haya sido algo excesivo pero para nada injsuto.

Y sobre todo dejan la puerta abierta a una hegemonía larga de la Comunitat a nivel internacional, por mucho que belgas, pero sobre todo neerlandeses y vascos, hayan demostrado que trabajan para dar pasos hacia delante. «Había dos o tres jugadores que no estaban en el quinteto titular de Colombia. Se ha demostrado que es una selección a batir, con el reconocimiento de todos los rivales. He de agradecer al equipo técnico que me ha acompañado, a Juanma y a Arnau, y a los jugadores, que no ponen ningún reparo a lo que les digo», ha expresado Molines.

Esa imagen de cohesión se ha mostrado con un banquillo implicado en la final, con las chicas y los suplentes de pie apoyando desde el primer tanto. Y manteando y coreando a Vicent Molines cuando se han realizado la foto de los campeones. Porque era su último día en el cargo antes de centrarse ya al 100% en el de presidente de la Federació de Pilota Valenciana (FPV). Algo que parece coherente y que Molines quiere subrayar que ya tenía decidido. «Yo lo que digo lo hago, y acabo hoy como seleccionador. En las Pascuas cerraremos el nuevo cuerpo técnico. Tras las elecciones puse mi cargo a disposición de la junta directiva, pero de cara al Europeo no estaré seguro», subraya: «Yo he sido seleccionador en este Mundial porque era el cargo que desempeñaba antes y he cubierto el expediente, pero las tareas de presidente de la FPV son muy grandes y complicadas y hay que estar ahí».

También ha querido zanjar la polémica de este campeonato, por la ausencia de Lluís De la Vega, asegurando que no tiene nada que ver con su respaldo a la candidatura de Genovés II en las elecciones a la presidencia de la FPV. «Pere Roc II estaba en la lista de José y ha capitaneado este equipo. Puchol II hizo declaraciones y también ha capitaneado en juego internacional, y todos los profesionales han estado. El que esté comprometido por la selección tiene que venir siempre no cuando le apetezca. Hay que hacer un camino. La selección se compone de once jugadores, y no son exclusivos de una modalidad sino de todas. Aquí ha habido algunos que han disputado partidas que eran de desgaste y luego en la final han participado los que teóricamente podían sacar más rendimiento», ha comentado.

Próxima cita: el Europeo de 2024 en Portugal

Ahora esa controversia forma parte ya de la historia de un Mundial que se cierra con dos triunfos por modalidades, las masculinas de juego internacional y de llargues. Las chicas se marchan del torneo con el regusto amargo que deja no haber sumado ninguna victoria parcial. Alzira deja un detalle: la presencia de la consellera de Deportes, Raquel Tamarit, y del director general Josep Miquel Moya, pero no del presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que desde hace tiempo no se deja ver por eventos relaconados con el deporte autóctono. Muy atrás queda aquella imagen en la escala de la final del Individual de escala i corda, poco después de acceder al cargo.

El mundo internacional queda aparcado. Tiempo de volver al trinquet, para los profesionales, que retoman la Lliga con la disputa de las semifinales. La siguiente cita de torneos de la CIJB será el Europeo, en abril de 2024 en Portugal, tal y como ha anunciado el presidente de la Confederación, Alberto Soldado, en la gala de clausura del Mundial de Alzira. En cuanto a la siguiente edición de este campeonato, la gente que juega a pelota a mano en Mendoza para llevarlo a Argentina en 2026. Es una opción abierta que no está para nada cerrada.

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