«Quico, Quico, Quico!». El grito de guerra, ese que hacía vibrar los muros de Pelayo en las finales del Individual, resonó este viernes una vez más. Esta vez, en el trinquet de Vila-real, el que ha elegido Soro III para completar la ... última partida de su exitosa carrera profesional. Ese baile final fue una nueva exhibición, dentro de lo que han sido sus actuaciones desde que decidió que colgaba los guantes.
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Lo barruntaba desde que anunció en 2021 que dejaba de jugar el Individual, su torneo fetiche. La idea cobró fuerza este año tras la Lliga y cuando no echó de menos la exigente preparación para el mano a mano. Y la decisión final vino tras el verano. Cuando la hizo oficial a principio de diciembre sorprendió a muchos, pero no a sus más allegados. Soro III ha elegido cómo quería marcharse de la pilota. Quizás se eche en falta un gran homenaje, acorde a su trascendencia en la historia de la pilota. Pero ha sido dueño de su carrera y del epílogo de la misma y ha decidido confeccionarla en un relativo anonimato.
Porque claro, era imposible que la última partida de Soro III no fuera con un trinquet lleno, con gente vistiendo camisetas en su honor y con un acto previo, modesto pero emotivo, en el que le entregaron diversos obsequios. Allí estaba su familia, entre ellos Enrique, ese padre que tanto ha padecido durante años y que apenas podía contener las lágrimas: «Ahora podré ir al trinquet a disfrutar». Sonrisa melancólica.
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La de mucha gente que ya echa de menos a Soro III. Dicen que es mejor marcharse antes de que a uno le inviten a irse. Tras ganar la Copa y el Trofeu de Mestres, la sensación es que Quico podría haber estirado su carrera al menos un año. Cierto que ha jugado con Nacho, de largo el mejor mitger del momento, pero también es necesario un ejercicio de madurez para que una figura de este calibre entienda y aprenda a jugar pensando en que es el compañero el que más quinzes va a cerrar.
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Ambos han formado una pareja inquebrantable que ha tejido el adiós soñado por Soro III. Desde la Copa hasta ese último baile, el de este viernes, frente a un buen trío: José Salvador (que ha preparado el último Individual entrenando con Quico), Salva (de Massamagrell y amigo del seis veces campeón del mano a mano) y Bueno. La pareja fue muy superior y lo plasmó en el tanteo (60-25). Y para mayor gloria del homenajeado, inauguró el primer juego con un pelotazo al palquet y cerró la partida con otro que rompió en la escala.
Lluvia de almohadillas, la última en honor a Soro III. «He hecho mucho por la pilota, pero también me ha dado mucho. Soy un privilegiado», comentó sonriente. Luego, fotos, ni se sabe cuántas. Y la felicitación de expilotaris como Álvaro, Dani o Antoniet, del propio Mezquita, trinqueter de Vila-real, o de otros en activo como Marc. Soro III ya es eterno, un mito, y Quico ha colgado los guantes… como profesional. Porque seguirá formando a jóvenes valores, como ha venido haciendo su mentor Álvaro.
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Uno de esos chicos que vienen pegando fuerte, pero en raspall, puede coronarse como manomanista. Iván de Ontinyent se mide este sábado de Nochebuena a las 17 horas, en Piles, a Ian por el Trofeu Mà a Mà. El de Senyera ya tiene en su palmarés un Individual, el de 2017.
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