M. O. Martínez
Martes, 31 de enero 2023, 01:30
La XXXII Lliga CaixaBank de escala i corda es la competición que abre cada año la nueva temporada de la pilota profesional. Una ventana abierta a nuevos resultados o para recuperar sensaciones positivas tras un período de dudas. Una buena racha puede suponer el cambio de chip necesario para afrontar el resto del calendario con una motivación diferente. En este caso, el inicio liguero de Lluís de la Vega es ilusionante para que el de Almussafes pueda dejar atrás los fantasmas de un tortuoso 2022, a escala de resultados, y encarar el 2023 con la esperanza de crecer para revivir su mejor versión.
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De la Vega forma junto a Tomás II y Bueno, el trío representativo de Almussafes. Un equipo que encabeza la Lliga luciendo cinco unidades, igualado junto a otros dos, gracias a un balance de dos victorias y una derrota a 50 juegos. «Nos entendemos bien y conocemos nuestras virtudes. Soy un jugador defensivo, al igual que Bueno. Trato de preparar el quince para Tomás II porque es el más determinante de los tres. Es nuestra punta de lanza para atacar las debilidades del rival. La naturaleza de cada jugador predomina», apunta De la Vega como clave de este arranque.
Precisamente, la faceta que guarda el resto como pasador y habilidoso con las dos manos, lo convierte en una amenaza para la paciencia de los contrarios. La igualdad que hay en la actual Lliga, provoca que las partidas se alarguen y que De la Vega salga beneficiado. «Tal vez no tengo tanta pilotada como mi competencia directa. Que la Lliga se juegue por dentro, me viene bien. Destaco más con otras virtudes que sirven más en un trío. Me gusta entrar en juego», puntualiza.
El buen comienzo de la temporada supone un punto de inflexión, después de un 2022 donde De la Vega no consiguió mostrar el alto nivel ofrecido en los años anteriores. Una lesión en el hombro lastró el resto de la campaña del almussafenc, aunque hay mucho más detrás de ello. Tanto es así que junto a Tomás II fue de los primeros eliminados de la Copa. «Ahora necesitaba ganar partidas para mi moral. Entré en un círculo vicioso del que parecía que no había escapatoria. Cuando todo va bien, no sabes valorarlo, pero cuando van mal cuesta salir. Hay que entrenar e intentar no hundirte. La cabeza es lo que más influye. Ves brujas y mala suerte, pero no es así. Tienes que mentalizarte de que todo depende de ti, aunque no sea así», explica Lluís.
Un reseteo que De la Vega espera continuar con un objetivo: «Empezar de cero e ir a por todas. No deseo ganar campeonatos porque sí, sino mejorar mi rendimiento y disfrutar en la cancha. Los resultados vendrán solos».
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