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MOISÉS RODRÍGUEZ
Lunes, 29 de enero 2018, 00:51
Víctor cumplió el sábado por la tarde un sueño que germinó hace dos décadas. Ha llovido mucho desde aquella tarde en la que acudió junto a sus amigos Aurelio, Jesús y Josep a probar en la escuela de pilota de Meliana. «Yo tenía siete años. El presidente era el tío Vicent y me cautivó. Iba a veces mañana y tarde, me contaba historietas y me inculcó valores como la humildad, el respeto y la caballerosidad. Creo que fue eso lo que me sedujo de la pilota», indica el jugador que hace dos días debutó en Petrer como titular en la Lliga. «Éramos 56 chavales en la escuela. ¡Pues no le ha echado ese hombre horas!», comenta. El propio Víctor jugaba por las mañanas e iba a marxar las partidas de los mayores por las tardes. La vaqueta le apasiona tanto que, a pesar de estrenarse en un torneo oficial de escala i corda ya con 27 años, rezuma ilusión por la vaqueta.
«Yo he trabajado muchísimo, pero como lo han hecho otros compañeros. No tengo nada que recriminarle a nadie. Al contrario. He de agradecer a quienes me han ayudado», asegura. «Debutar en la Lliga es un sueño que tengo desde niño. Yo no he tenido la oportunidad de disputar muchos campeonatos. A veces te planteas cosas, pero no me obsesiono», afirma. En que haya asumido esta filosofía tiene mucho que ver Domingo Palacios. Si el tío Vicent le inculcó la pilota, Domingo le ha guiado en su reto de convertirse en pilotari profesional. Lo conoció en Museros, donde entrenaba a Enrique y a Fran, dos jugadores de frontón. «Yo entonces tenía pocas partidas del día a día, sólo iba a Burriana y Vila-real y a algún Caixa Popular», señala Víctor Bueno. «Él me dijo que no me obsesionase con lo que no puedo controlar y que me centrase en lo que sí puedo trabajar, como la alimentación, la preparación y la constancia. Nos lo planteamos así, en que si hacíamos eso, lo otro llegaría», subraya.
Y lo ha conseguido para regocijo de Enrique. El sufridor silencioso. «Es el que más padece, pero no hace ruido. Prefiere mantenerse al margen, pero siempre me acompaña», comenta Víctor Bueno. Es su padre. El que ha estado todos estos años respaldando a su hijo en su guerra que por momentos pudo parecer dar coces contra un aguijón. «¿Si alguna vez he pensado en dejármelo? El año pasado estaba quemado después de quedarme fuera de la Lliga y puedes llegar a replantearte cosas. Ya te ofrecen trabajar en algún colegio... pero es que a mi esto me gusta demasiado», admite el pilotari.
Bueno admite que en el vestuario hay cierta inquietud. «Hay expectación por ver cómo se producen los cambios. A nivel general, queremos ver en qué manos cae el proyecto el modo de gestión», señala. «A nivel personal no me preocupa, porque yo seguiré igual. Soy de los últimos que tienen contrato y si en abril vuelvo a quedarme fuera, seguiré trabajando igual. Ya lo he hecho durante ocho años», indica.
El pilotari de Meliana ha predicado con el ejemplo en esa corriente de que los jugadores han de compaginar la vaqueta con los estudios. «La situación económica es mala, pero nosotros tenemos ilusión. Yo tengo dos carreras y un máster, pero lo que me motiva es consolidarme como pilotari profesional», asegura Víctor Bueno, que ahora está progresando con el inglés.
«La semana pasada jugué en Vila-real y me llamaron para ir el domingo a Benissa. Había quedado con los amigos y la novia, pero lo cambié todo. A mí me gusta mucho este mundillo, que es muy sano. Entrar en el trinquet de Petrer o ir en verano a la partida de Vistavella del Maestrat y que la gente de allí te conozca», indica. Bueno admite que el gran problema es el económico, aunque realiza un interesante y realista matiz. «Si jugamos en una cancha con 15 personas, ¿qué jornal le podemos pedir al trinqueter? Nos tenemos que acoplar a lo que hay, ha de ir todo acorde a la gestión deportiva. Pero yo soy optimista, creo que estamos en una etapa de cambios y en unos años los trinquets se van a llenar», reflexiona.
Al tiempo de prepararse con Domingo Palacios, llegaron Pablo de Borriol y Marc. Luego el equipo se reconfiguró con Agustín Larre y Puchol II. Había nacido Pilota 2.0. Y ahí está Víctor Bueno, trabajando duro para consolidarse en el trinquet. Está como un niño con zapatos nuevos con la Lliga y en el equipo que forma con Francés y Javi. «Me gusta mucho. Francés viene con muchas ganas y Javi es para mí hoy por hoy el mejor mitger. Creo que debe llevar él la batuta. Podemos dar faena», comenta. Sobre qué formaciones pasarán a semifinales, no se moja. «Pienso que no se va a decidir hasta el último día», indica.
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