Victoria sube al altar de Genovés

Lo hizo al vencer a su gran amiga Mar Giménez, con la que incluso ha preparado la final esta semana. «Hemos venido a Bellreguard, al trinquet de Bicorp...», comentaba Victoria tras la partida. Juntas dominan los torneos por equipos, pero en el Individual hay una hegemonía: la de la ya tetracampeona gracias a las últimas tres ediciones.

Pese a sus estudios de biotecnología, Victoria sigue preparándose de forma minuciosa para el deporte del que se enamoró gracias a una sesión de Pilota a l’Escola. «¿Ahora? Quiero seguir disfrutando», respondía después de haber vencido a Mar en una final digna del hito histórico, y que se prolongó casi hasta la hora y cuarto. Lo cierto es que a la jugadora de Bicorp le faltó buscar las cosquillas a su rival desde la parte del resto. Porque en el dau, estuvo más que sólida.

Ambas jugadoras se hicieron fuertes en su saque, aunque se peloteó, con quinzes que llegaron hasta la treintena de intercambios. Se vio una partida física y técnica a partes iguales, con dos jugadoras que, pese a conocerse a la perfección, apenas hallaban rendijas en su rival.

Victoria empezó en el saque. La reballada le concedió el primer triunfo. La postura, el segundo, ya que se daba de cinco, incluso de diez cuando se adjudicó el primer parcial. Otro éxito de la pilota femenina, que a sus referentes se las empieza a conocer en los trinquets. Sobre todo en los de referencia, como Bellreguard en el raspall de élite.

Mar ha llegado a este Individual recuperándose de una neumonía que la atenazó en verano. «Me ha afectado en la preparación, sobre todo ahí porque luego me he encontrado bien durante la competición. Estoy contenta por el rendimiento de la final», reconoció. No quiso poner excusas, ni ante el micrófono ni en las losas, donde se hizo también fuerte en su saque. Por ejemplo, puso el iguales a cinco sin conceder un quinze a Victoria.

Pero la defensora del título no se salió en ningún momento de su guión. No cedió su saque, ni siquiera en el tercer juego, quizás en el que Mar estuvo más cerca de cambiar el desarrollo de la final y aplazar un hecho histórico en la pilota. «He tenido varias ocasiones de sumar, podría haber conseguido más juegos», declaró la de Bicorp. Pero no. Pudo igualar a 10, pero con 15-10, al fin, se produjo la quiebra que tanto buscaba Victoria.

En ese momento, la sensación era que el Fris Grec ya tenía dueña, pero la pilotari no cambió ni su modo de jugar ni su rostro serio. Concentración máxima. Tampoco fue pasto de la euforia cuando cerró la partida (25-10). «La verdad es que no soy demasiado expresiva», señaló después de haberse abrazado con su amiga y haber recibido el trofeo más preciado de la vaqueta. «Se lo dedico a mi madre (que falleció hace unos años). También a mi padre, que siempre está ahí y al resto de mi familia», comentó.

El Individual tiene en su palmarés a Ana de Borbotó, una de las grandes pioneras de la pilota femenina. Por su ejemplo, cientos de niñas se inician en el deporte autóctono. Ahora, muchas otras, pueden soñar con ser como Victoria y luchar por el Fris Grec, el trofeo reservado para las grandes figuras capaces de marchar una época en el mano a mano.