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Nicolás Van Looy
Calp
Jueves, 13 de enero 2022, 11:59
El nombre de Patrick Lefevere pasará, seguramente, bastante inadvertido para la mayor parte del público, pero el mánager belga del equipo Quick Step-Alpha Vinyl es uno de los hombres más influyentes en el mundo del ciclismo. Su carrera como corredor fue corta, de 1976 a 1979, y exenta de mayor interés –aunque llegó a ganar el primer sector de la sexta etapa de la Volta a la Comunitat Valenciana de 1976, disputada entre Cocentaina y Lliria y en la que se impuso a Txomin Perurena y José Luis Viejo–; pero su andadura al comando de sus distintos equipos, iniciada en 1980, ha estado plagada de éxitos.
Tras casi una década encadenando proyectos cada vez más importantes, su gran despegue hacia el firmamento ciclista llegó en 1991 cuando se puso al frente del GB-MG Maglificio, embrión del histórico Mapei, una estructura que, con distintos nombres –por aquello del cambio de patrocinadores– ha llegado a la actualidad como el Quick Step-Alpha Vinyl, un equipo que ha terminado ocho de las últimas diez temporadas como el más laureado del pelotón internacional.
Cada uno de esos años lo han comenzado Lefevere y los suyos concentrándose en Calp y eso le ha convertido, sobre todo en un mercado emisor como el belga, donde el ciclismo es religión, en uno de los grandes responsables del ‘boom’ que el turismo ciclista ha experimentado en esa población de la Marina Alta.
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Lejanos ya los tiempos de los Johan Museeuw, Tom Boonen, Paolo Bettini, Richard Virenque, Frank Vandenbroucke o Philippe Gilbert, por nombrar sólo a algunos de los más destacados corredores que han corrido para él, Lefevere ha vuelto en 2022 a Calp con un equipo en el que sobresale la presencia de hombres como el actual campeón del mundo, Julian Alaphilippe; el eterno sprinter británico Mark Cavendish –156 victorias en su haber y, junto a Eddy Merckx, el corredor con más triunfos de etapa (34) en el Tour de Francia– y, por supuesto, la gran esperanza que sigue siendo, a los 21 años, un ciclista ya plenamente asentado en el pelotón como Remco Evenepoel.
Tras más de una semana en Calp, el ‘Wolfpack’ o Manada de Lobos, como se hacen llamar en el mundillo ciclista, organizó su día de puertas abiertas para los medios de comunicación, otra tradición invernal plenamente asentada en las estructuras de Lefevere.
Allí, en un ambiente distendido y alejado de la tensión de los días grandes de competición, Remco Evenepoel, que sigue buscando volver a ser el que fue antes de aquella terrible caída sufrida en Il Lombardia de 2020 en la que, entre otras importantes lesiones, se fracturó la pelvis, reconocía que su principal ambición en estos primeros días de enero es «tener un año normal, no como el pasado, cuando tuve que empezar tan tarde».
Efectivamente, hace ahora doce meses Evenepoel seguía tratando de recuperarse de las lesiones sufridas aquel 15 de agosto de 2020 y, empeñado como estaba en debutar en su primera gran vuelta por etapas, no se puso un dorsal hasta el día 8 de mayo cuando el Giro de Italia partió de Turín. Una experiencia, la de la ‘Corsa Rosa’, que no fue, ni mucho menos, como él hubiese esperado.
Si todo sale como espera, Evenepoel será una de las grandes atracciones de la próxima edición de la Vuelta a España, una prueba que, asegura, es «mi favorita del calendario». El joven corredor belga afirmó que «mis principales objetivos de la primera parte del año serán las clásicas de las Ardenas y, ya en la segunda mitad, la Vuelta a España». Una carrera en la que, si no hay contratiempos, se medirá a Tadej Pogačar, que este año hará el doblete Tour-Vuelta.
España es un país que siempre se le ha dado bien al belga. Aquí consiguió su primer triunfo World Tour (la primera categoría del ciclismo) con una fenomenal exhibición en la Clásica de San Sebastián de 2019 con sólo 19 años y en 2020 se impuso en la Vuelta a Burgos.
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Por ello, reconoce que le gusta correr en este país y que «si soy sincero, estoy realmente ansioso por poder disputar la Vuelta a España. Es mi carrera favorita de toda la temporada. Además, este año comenzará cerca de mi casa» ya que la ronda española arrancará desde Utrecht, en Países Bajos, una ciudad que está a poco más de hora y media de su Aalst (Bélgica) natal.
Tras el fiasco que supuso su paso por el Giro de Italia del pasado año, Evenepoel se muestra muy ambicioso de cara a La Vuelta y asegura que será allí, ya en el mes de agosto, cuando «intentaré dar un nuevo paso adelante en mi ambición por ir a las grandes vueltas a pelar por la general», aunque evita colocarse en la terna de aspirantes a ‘la roja’ en Madrid. «Si puedo terminar la temporada con algunas victorias y una buena Vuelta, me daré por satisfecho», concluye.
Su presencia en la Vuelta a España podría ser, además, el último escalón antes de afrontar, ya en 2023, el que sería su primer Tour de Francia. Tras abandonar el Giro del pasado año tras la 17ª etapa, Evenepoel mantiene que «como siempre he dicho, quiero correr y terminar una buena gran vuelta por etapas antes de ir al Giro», motivo por el cual su asalto a la ‘Grande Boucle’ de 2022 queda, al menos de entrada, descartado.
El Tour, el gran reclamo del ciclismo mundial, es una carrera muy distinta a todas las demás y, tras sopesarlo con los responsables del equipo, Evenepoel ha llegado a la conclusión de que «todavía no tengo la experiencia suficiente. Es más, es posible que en 2023 haga el Giro o la Vuelta porque el Tour es, también en términos de tensión dentro de la propia carrera, un nivel muy distinto».
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