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Roberto Merhi, durante su etapa como piloto de Manor Marussia en Fórmula 1. EFE
Fórmula 1 | Roberto Merhi, un talento ignorado por la Fórmula 1

Roberto Merhi, un talento ignorado por la Fórmula 1

El de Benicàssim da una lección en F2, termina segundo tras remontar 19 posiciones y una absurda sanción de la FIA lo baja del podio, que luego recupera como tercero por los castigos a otros dos pilotos

Héctor Esteban

Valencia

Domingo, 10 de julio 2022, 14:13

Roberto Merhi es puro talento al volante. Estas cosas se entrenan pero tiene un don de nacimiento. Este domingo, sobre la pista, volvió a demostrar que es un piloto excepcional, único, brillante y maltratado por la Fórmula 1, donde no se premia la excelencia, sino al que tiene el bolsillo lleno de dinero por los patrocinadores. Merhi asombró al mundo ayer una vez más en la carrera de Fórmula 2 en Austria. Tras cuatro años sin participar en una carrera de esta categoría, salió el 21 en la parrilla y terminó segundo. En 40 vueltas, con 31 años, adelantó a 19 coches, a 19 pilotos que están llamados a ser el futuro de la Fórmula 1. Sólo una absurda penalización de cinco segundos de la FIA por pisar fuera de las pistas -circulo por encima de las llamadas 'bananas'- lo sacó del podio. Ha sido un día de locos, porque posteriormente se ha descalificado a Richard Verschoor y se han impuesto 20 segundos de sanción (un ride through, aunque se aplica tiempo al haber acabado la carrera) a Jehan Daruvala, por lo que el piloto de la Comunitat finalmente sí se regresa del circuito de Spielberg con un meritorio podio.

«Me gustaría dedicar mi carrera de hoy a Adrián Campos Suñer. Y me llena de orgullo conseguir lo conseguido hoy con su coche y su nombre en el coche», ha escrito el piloto en su cuenta de Twitter. Merhi es de Castellón y no está dispuesto a pagar por correr. Para algunos ese es su problema; para otros, una virtud. Merhi es de Benicàssim, un pueblo de Castellón que no tiene, por ejemplo, el dinero del gas y del petróleo que tenía el ruso Nikita Mazepin para pilotar un Haas. Merhi es fiel a sus principios, por encima de todas las cosas, y el mono negro sin publicidad con el que subió al podio en 2018 en la que era su última carrera en Fórmula 2 para levantar el trofeo es la imagen de la pureza del talento.

En España la Fórmula 1 se mide ahora entre la leyenda de Fernando Alonso y la irrupción de Carlos Sainz. Si hubiera justicia, Merhi estaría en esa parrilla porque es mejor muchos de los pilotos que la ocupan. Hace unos días, Campos Racing, la escudería del recordado Adrián Campos, reclutó a Merhi por la baja del suizo Ralph Boschung, con problemas en el cuello. Una carrera le ha bastado al de Benicàssim para dar un recital y pegar un golpe encima de la mesa que casi nadie escuchara.

A Merhi se le recuerda por darse unas vueltas en su Mercedes del DTM por el aeropuerto de Castellón, cuando aquellas eran todavía unas instalaciones fantasma impulsadas por el expresidente de la Diputación de Castellón Carlos Fabra. Merhi salió en todos los medios por ser el piloto que trataba de despegar aquel bólido sobre la pista castellonense. Se le dio más espacio aquello que a su talento.

Pero Merhi es mucho más, un diamante mal valorado. Ha corrido con todo lo que le han puesto en las manos. Incluso ha participado en el Campeonato de España de Ciclismo, otra de sus grandes pasiones. Fue campeón de la Fórmula 3 Euroseries y su salto a la Fórmula 1 se produjo en 2014 como piloto reserva de Caterham. Al año siguiente ocupó un puesto oficial en la parrilla con Marussia, de largo el peor coche del campeonato.

A pesar de llevar un bólido muy limitado, realizó un papel muy digno, terminó muchas carreras y se situó casi siempre por delante de su compañero de equipo. Su mejor posición fue el puesto 12, un milagro para las prestaciones de la escudería. La falta de un potente patrocinador le arrancó el volante de las manos para dar paso a otros pilotos con dinero. Desde entonces, Merhi ha demostrado su talento cada vez que le han brindado una oportunidad.

La remontada en Austria, con unas condiciones meteorológicas de lluvia que van como anillo al dedo para Merhi, ha puesto al piloto otra vez en el mapa, tocando la puerta de aquellos equipos de Fórmula 1 que necesitan un piloto de verdad. Mientras tanto, y con la ayuda de los valencianos del Campos Racing, Merhi está en la pista para divertirse y asombrar al mundo. También para dar lecciones, como la impartida a Daruvala, una de las estrellas emergentes de Red Bull, y que ayer, si es listo, sacaría conclusiones positivas de la clase de Merhi. Desde el cielo, su amigo Jules Bianchi -Merhi lleva el dorsal del malogrado piloto en su casco- se sentirá muy orgulloso.

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