

Secciones
Servicios
Destacamos
La épica siempre ha ido de la mano con España en la historia de la Copa Davis. En el recuerdo queda el triunfo en Mar del Plata de 2008 o la reciente ensaladera de 2019. Por trazar un punto en común, en ambos estuvieron presentes los mejores: Rafa Nadal, Fernando Verdasco y David Ferrer en tierras argentinas, y el manacorí junto a Roberto Bautista en Madrid hicieron valer su calidad para decantar la balanza. Con todas las estrellas, España era imparable. Pese a que el tenis español tiene todavía una gran generación, las bajas de los principales ases pasan factura. Y vaya que si se nota. El equipo capitaneado por Ferrer se despidió de clasificar a la final de la Davis en Málaga mucho más pronto de lo esperado y dejando una imagen pobre en la Fonteta achacando y añorando las ausencias de Nadal y Carlos Alcaraz. Ninguna victoria y seis derrotas consecutivas, ningún set ganado en individuales y apenas una manga conquistada en el dobles.
La derrota inicial por 0-3 ante la República Checa ya hacía presagiar la debacle, aunque se mantenía una mínima esperanza de remontada ante Serbia. Porque pensar en la Davis hace evocar esas remontadas épicas. Es casi instintivo. El ambiente de este peculiar torneo es diferente y rompedor con el del calendario ATP. El público juega un factor importante, y la Fonteta no defraudó. Pero no fue suficiente el apoyo de Valencia. Primero Laslo Djere doblegó a un desesperado Albert Ramos (6-4 y 6-4) que tuvo varios amagos de estampar su raqueta contra el cemento para expulsar su frustración. El serbio estuvo constante con su servicio, sin cometer errores y forzando al español a jugar incómodo. Ni el calor de la afición permitía al tenista de Barcelona rehacerse. Djere no aflojaba y con su potente derecha certificaba una nueva derrota española que ponía todavía más difícil lo que ya parecía una quimera.
Y para colmo, llegó el animal. Como si de Thanos en Los Vengadores se tratase, Novak Djokovic aterrizó en la capital del Turia con un objetivo claro entre ceja y ceja: eliminar a España. No por revanchitas personales —de hecho agradeció el cariño del público y afirmó que le encanta el país—, sino porque de hacerlo, garantizaba el billete a Málaga para su país. El serbio quiere poner el broche final a un año en el que ha ganado tres de los cuatro Grand Slams —y perdió la final del que no conquistó— venciendo la ensaladera 13 años después. El cíborg de Belgrado fue el particular Goliath de España. Alejandro Davidovich, hizo de David en esta representación tenística en la Fonteta. Por un momento, en el segundo set, parecía posible la machada. Pero el número uno del mundo, que estaba sufriendo por el abrasador calor que se vivía en el pabellón, activó ese botón mágico al que sólo tienen acceso los privilegiados del deporte de la raqueta. En un abrir y cerrar de ojos, hizo un click y recuperó el servicio que había perdido e igualó la contienda. Del 4-2 para 'Foki' se pasó al 4-4. La presión estaba en el cuerpo del malagueño, que no pudo hacer nada ante dos puntazos del número uno. Con el juego 0-30 en contra y Djokovic respirándole en la nuca, Davidovich cometió dos errores no forzados y cedió otro break. De nuevo, el serbio no erró y a base de aces fulminó el sueño español. 6-3 y 6-4 fue el resultado final que lució el videomarcador de la Fonteta, que se apagó por momentos durante la contienda debido a un fallo eléctrico al intentar solucionar el problema de la refrigeración del pabellón.
Djokovic ejerció el golpe de gracia. La estocada final. El mejor de todos los tiempos —así lo dicen los números— eliminó a España y certificó el billete a Málaga para su selección. No hizo falta ni recurrir al dobles, que también se perdió (4-6 y 6-7). El serbio, con el trabajo hecho, jugará este sábado un individual tal y como confirmó en rueda de prensa, en el duelo que medirá a su nación contra la República Checa para definir quién pasa como primero de grupo y quién como segundo, por lo que la Fonteta tendrá una nueva oportunidad para verle jugar. España, ya sin opciones de nada, intentará maquillar su participación el domingo ante Corea del Sur, también ya eliminada. Por el honor, por no terminar con malas sensaciones y por brindar una alegría a los miles de aficionados españoles que dieron color a la Fonteta con sus camisetas rojas y con sus cánticos. No faltaron los «olé, olé, olé, olé», liderados por las charangas que poblaban el graderío y lanzaban a una afición que estuvo muy presente en todos los sentidos.
Debido al calor, Djokovic recurrió de forma constante a la toalla que le brindaba su seleccionador Viktor Troicki, algo que cada vez que sucedía, provocaba la pitada masiva de la Fonteta, que veía como el juez de silla hacía oídos sordos y no lanzaba un aviso al serbio diciéndole que eso no se podía hacer, que tenía que ir él a por la toalla y que no podía ir el capitán hasta el centro de la pista a llevársela. Anécdotas que quedan en el tintero y que no alteraron el devenir de España. Desde la baja confirmada de Carlos Alcaraz para descansar de su cansancio tras el US Open, se veía venir que iba a ser una montaña muy difícil de escalar. Pasar de ronda dependía del duelo ante República Checa. Ante Serbia era esperable una derrota. Pero el tropiezo inicial del miércoles dejó visto para sentencia el temario. Una lástima para Valencia, que no pudo ver a su selección ganar. Otra vez tendrá que ser. No cabe duda que la Davis ha encontrado en Valencia una ciudad con unas infraestructuras y una base más que válidas para albergar un evento de este calibre. Y más cuando el Roig Arena esté terminado y funcionando a toda máquina. Ahí queda el sueño pendiente, el de ver a Carlos Alcaraz de nuevo en la ciudad disputando partidos en el flamante nuevo pabellón.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.