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Carlos Alcaraz llegó a Valencia para disfrutar y hacer disfrutar. Y se marcha con el objetivo cumplido. Justo después de conquistar el US Open y escalar a la cima de la clasificación mundial, tomó un vuelo privado para aterrizar en Manises y poner rumbo a ... la Fonteta. Prácticamente sin tiempo para descansar y asimilar los acontecimientos, pretendía arrimar el hombro dentro del equipo español de Copa Davis. Lo realizó ayer. El murciano, quien también deseaba resarcirse de su derrota del pasado viernes, se impuso al coreano Soonwoo Kwon en un partido que resultó definitivo. Su victoria sirvió para sellar la clasificación de la Armada para la fase final del torneo. Previamente, había hecho su parte del trabajo Roberto Bautista, por lo que no hizo falta esperar al encuentro de dobles para descorchar el champán. El castellonense allanó el camino con su fiabilidad. Y el de El Palmar hizo explotar el pabellón.
El número uno de Corea del Sur, Soonwoo Kwon, no se lo puso nada fácil a Alcaraz, aunque acabó sucumbiendo por 6-4 y 7-6 (7-1) en una hora y 47 minutos. La Fonteta llevó en volandas al joven murciano, quien notó el calor de la grada en los peores momentos.
«Amo jugar en mi país. Es mi casa. Me he sentido muy bien aquí. El público me ha ayudado, me ha apoyado. Hay momentos difíciles y ahí es cuando se aprovecha el tirón de la gente para venirse arriba. Teníamos que aprovechar ese plus de jugar en casa. Ha sido muy especial jugar en Valencia. Y vino mucha gente de Murcia. Ha sido espectacular jugar en este ambiente único de la Davis», aseguró Alcaraz, quien tiene una máxima: «Disfrutar y ser alegre jugando. Ese es mi secreto». Contagia pasión sobre la pista. Eso sí, ahora, tras unas semanas intensísimas a nivel físico y emocional, necesita un paréntesis: «Quiero tener unos días de desconexión del tenis, disfrutar con mis amigos y mi familia. Ser un chico normal es lo que más me apetece».
A sus 19 años, ha revolucionado el mundo de la raqueta. Y Valencia ha podido albergar el estreno de su histórico número uno. El murciano se vio las caras con Soonwoo Kwon, quien ocupa la posición 74 del ranking ATP y desplegó un juego lleno de recursos.
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La Fonteta degustó un tenis vistoso, con alternativas y creatividad. El coreano, de 24 años, iba a dar guerra a Alcaraz mostrándose solvente en el fondo de la pista y acercándose a la red sin titubeos.
Alcaraz no estaba tan fino como de costumbre. Lo que nunca negocia es la raza. Y en el cuarto juego, logró el primer ‘break’ del encuentro. Pero el asiático, quien hace justo un año consiguió el que hasta ahora es su único título ATP, en absoluto iba a desvanecerse.
Soonwoo Kwon se adjudicó un juego en blanco: 4-2. Buen servicio. Excelente resto. Atrevimiento. El coreano provocaba el recelo de Alcaraz. Y a partir de ahí, llegó un intercambio de ‘breaks’ en el que el de El Palmar se llevó la mejor parte. Cuando dispuso de una bola de set, no la dejó escapar.
Ya en la segunda manga, las cosas no empezaron bien. Alcaraz negaba con la cabeza. Estaba contrariado. Sus golpes característicos no funcionaban. Necesitaba recuperar la concentración. O la efectividad. O la frescura. O de todo un poco. Estaba dando vida al rival. El murciano iba por debajo en el set, aunque derrocha personalidad. Juega para divertirse. Para coquetear con los límites.
Mientras trataba de recobrar las buenas sensaciones, deleitaba a la afición con algunos de sus espectaculares golpes. Y cuando empezó a acariciar un ‘break’ con un extraordinario paralelo, levantó a la grada. Sabía que podía ser un punto de inflexión y él mismo, con rabia, se encargó de alzar los brazos para sumarse a la euforia de los seguidores. Su entrenador, Juan Carlos Ferrero, le mandaba desde la banda un gesto del que se podía entender: «Es el momento». Y en la siguiente bola, refrendó la rotura del servicio. 4-4.
«¡A por ellos!», empezaron a cantar los aficionados. Soonwoo Kwon, incontestable desde el servicio, condujo el partido hasta el ‘tie break’. Y ahí, en el momento de la verdad, Alcaraz arrasó. La Fonteta reventó. La clasificación para las finales estaba atada.
Sergi Bruguera no especuló ayer. España necesitaba superar a Corea del Sur para lograr el billete, por lo que el capitán del conjunto nacional puso toda la carne en el asador desde el principio. Eligió a Carlos Alcaraz y Roberto Bautista para los duelos individuales. El castellonense abrió la jornada con éxito al vencer a Hong Seong Chan por un contundente 6-1 y 6-3 en sólo una hora y 11 minutos.
Bautista aplastó a Hong Seong Chan, 384 del ranking ATP. Un abismo teóricamente. El de Benlloch desplegó su visible superioridad desde el primer instante. Dominando desde el fondo de la pista y provocando el fallo del rival.
Ya en el segundo juego, Bautista rompió el servicio para dar un golpe de autoridad sobre la pista. Algo que quedó confirmado en el tercero dejando en blanco al asiático. El partido iba rápido. Incluso más de lo esperado.
Seong Chan, quien trataba de enseñar una versión más agresiva que al principio, inauguró su marcador firmando el primer 'ace' del partido y poniendo el 5-1. Bautista desperdició una bola de set, pero en la siguiente no falló. Primer parcial en el bolsillo en sólo 27 minutos. Apabullante.
Para empezar el segundo set, un 'break' de Bautista. Sorprendentemente, Seong Chan se lo devolvió en el siguiente juego, en el que el castellonense se mostró muy impreciso en el saque. El coreano estaba más cómodo, aunque se estrelló con el resto del de Benlloch, quien estableció el 3-1.
Seong Chan ganó confianza con un 'break' con el que puso algo de suspense al parcial: 5-3. Bautista se había relajado. Eso sí, en cuanto dispuso de la primera bola de partido, mordió. El castellonense selló el triunfo, allanando el camino hacia las finales. Cumplió en los tres encuentros de la fase de grupos que disputó. Garantía de éxito.
El día terminó con el choque de dobles, ya intrascendente. La pareja formada por el alcireño Pedro Martínez Portero y Marcel Granollers venció a Nam Ji Sung y Song Min-kyu por 7-5, 3-6 y 6-1. España, clasificada como primera del Grupo B, se medirá a Croacia en los cuartos de final. Será el 23 de noviembre en Málaga. Valencia ha enseñado el camino.
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