La derrota del nuevo número uno mundial y el pinchazo en dobles obliga a España a superar a Corea del Sur el domingo para asegurar su pase a la fase final de la Copa Davis | El de El Palmar despliega su carisma y se marcha ovacionado de la Fonteta tras un atractivo partido en el que acaba perdiendo precisión
Carlos Alcaraz es un tenista que levanta al público. Que agita el corazón de la grada. Por su tenis. Por su forma de celebrar cada punto. Por su prodigioso talento. Raza y espectáculo. Arriesga porque sabe que le sobra clase para ello. Y se cabrea con cada fallo porque derrocha ambición. Un jugador completísimo a nivel técnico y físico que, además, cautiva a la afición con su estilo agresivo y su carisma sobre la pista. Este viernes le tocó a la Fonteta disfrutar del nuevo número uno del mundo. Sin embargo, la fiesta no pudo ser completa. El murciano cayó frente al canadiense Felix Auger-Aliassime por 7-6, 4-6 y 2-6 en un partido atractivo y apasionante. Valencia vibró con el de El Palmar durante las dos horas y 50 minutos que duró el encuentro. La afición le llevó en volandas. Era una jornada de celebración en medio de la fase de grupos de la Copa Davis, aunque faltó la guinda.
El pinchazo de Alcaraz y el tropiezo posterior en dobles obliga a España a ganar el domingo a Corea del Sur para asegurar su billete para la fase final de la Copa Davis, que se disputará en Málaga en noviembre. Eso sí, en caso de que este sábado Canadá se imponga a Serbia, el conjunto de Sergi Bruguera podría lograr la clasificación incluso perdiendo porque se produciría un triple empate, aunque tocaría coger la calculadora.
Justo antes de que Alcaraz entrara en acción, Roberto Bautista había hecho su parte del trabajo superando a Vasek Pospisil. El castellonense se hizo fuerte en casa y dio alas a España remontando frente a Vasek Pospisil por 3-6, 6-3 y 6-3. Fue un partido equilibradísimo en el que el de Benlloch supo resistir el potente servicio de su rival. El veterano norteamericano tiene en el saque una de sus principales armas. Supera con creces los 200 kilómetros por hora y logró seis 'aces' durante el primer set. A partir de ahí, Bautista comenzó a mostrarse mucho más consistente desde el fondo de la pista y remontó.
De esta forma, Alcaraz afrontaba su compromiso sabiendo que, en caso de ganar, quedaba sellado el billete para la fase final de la Davis. La derrota de el de El Palmar llevó a depositar las esperanzas en el encuentro de dobles, que terminó cerca de la una de la magrugada. Tampoco se cumplieron las expectativas. Marcel Granollers y el valenciano Pedro Martínez Portero sufrieron una dolorosa remontada ante Auger-Aliassime y Pospisil por 6-4, 4-6, 5-7, por lo que la cita del domingo con Corea del Sur será decisiva.
La Fonteta esperaba con los brazos abiertos a la nueva figura del tenis mundial. Y muy pronto la grada comenzó a divertirse con esas dejadas que ya forman parte de la marca de Alcaraz. Su tenis es incisivo. Algunos errores desde el fondo de la pista provocaban el enojo del murciano. La grada reaccionaba arropándole con gritos y aplausos.
Alcaraz, quien hace sólo cinco días conquistó el Open USA, llegaba demasiado justo a algunas bolas. No estaba al cien por cien físicamente, aunque se sentía completamente preparado para competir. Eso sí, delante habría otra de las perlas de nueva generación. A sus 22 años, Felix Auger-Aliassime ocupa el puesto 13 en el ránking ATP.
Alcaraz no terminaba de estar a gusto sobre la pista. Y su entrenador, Juan Carlos Ferrero, le aleccionaba desde la calma absoluta. El primer set, marcado por un altísimo ritmo, se decidió en el 'tie break'. Entre dejadas y globos, el español llegó a ir 0-3 por debajo, pero acabó llevándoselo por 3-7. Éxtasis en la Fonteta.
El murciano entró con buen pie en el segundo set, aunque Auger-Aliassim no iba a levantar el pie del acelerador y se mostraba infranqueable en el servicio. Tiene un cañón en la raqueta. Sin embargo, pasó una fase de imprecisiones en el saque y Alcaraz estuvo a punto de aprovecharlo para dar un golpe de autoridad. Perdió una bola de break y acabaría lamentándolo. Dejó pasar una ocasión de oro. Más adelante, el canadiense no perdonó y rompió el servicio para llevarse la manga.
Las cosas no empezaron bien para Alcaraz en el tercer set. Fue a remolque desde el principio. No estaba fino. Le faltaba lucidez ante un rival lanzado. La Fonteta le alentaba. Los juegos eran sufridísimos. Eternos. Dura batalla. El murciano estuvo cerca de reengancharse en el cuarto juego, cuando gozó de tres bolas de break. Fue, probablemente, el último tren. No lo cogió. Auger-Aliassime puso completamente contra las cuerdas al español, quien acabó sucumbiendo. Más allá del resultado, era un día de reconocimiento y fervor. Valencia tenía en casa al nuevo rey del tenis. Y la Fonteta despidió a Alcaraz con una ovación atronadora.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.