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MOISÉS RODRÍGUEZ
Valencia
Domingo, 8 de abril 2018, 00:18
El público de la plaza de toros ya sabe lo que tiene que hacer. Valencia tocó tambores de remontada. La duda que queda es si fue la grada la que contagió a los tenistas o esa fe casi loca e instintiva nació de Feliciano López y de Marc López. Lo cierto es que de un partido perdido surgió un encuentro trepidante en el que sólo hay un aspecto negativo: el resultado final. Después de más de cuatro horas y media de competición, Alemania ha dormido a un paso de meterse en semifinales de la Copa Davis. Pero el punto definitivo se jugará hoy. Nadal puede aplazarlo, pero no va más. De Valencia saldrá uno de los cuatro equipos que lucharán por alzar la Ensaladera.
Cómo ver en directo punto a punto
A partir de las 11.30. RAFA NADAL - Alexander Zverev.
Seguido de DAVID FERRER - Philipp Kohlschreiber.
Si alguien entiende de remontadas, de heroicidades y de conectar a la grada esos son Rafa Nadal y David Ferrer. Ambos son los colosos de las dos últimas Davis conquistadas por España. A ellos les corresponde, si Bruguera no hace cambios de última hora, el honor de coger el timón de la Armada. Primero será Nadal, que debe someter a quien muchos dan como su sucesor. Zverev tiene un futuro envidiable, pero aún debe crecer mucho para compararse con el manacorense. Para empezar, aunque frente a Ferrer completó un partido notable en el que apenas sufrió, cedió con facilidad pasmosa su servicio cuando el valenciano le apretó. Y eso contra el número uno del mundo suele resultar letal.
La presión, sin embargo, empieza en el banco de Nadal. En la silla donde Sergi Bruguera apenas podrá permanecer sentado. Porque el balear ni se inmuta cuando está en la pista y tiene la raqueta en la mano. Si no le toca jugar, sí se pone de los nervios. Se vio ayer en el partido de dobles. Pero en los suyos es un témpano de hielo. «He tenido retos más duros que este y al fin al se trata de un cuarto de final. Si pierdo será porque tenísticamente no he dado lo suficiente», comentó el viernes.
La Armada confía en él. En que venza hoy a partir de las 11 horas a Zverev y fuerce el quinto partido. Si esto ocurre, Ferrer tendrá la oportunidad de redimirse. De acercarse a su mejor tenis para derrotar a Philipp Kohlschreiber, un rival teóricamente inferior a él. De hecho, el valenciano ha doblegado al germano en los últimos nueve enfrentamientos entre ambos. Hay que remontarse a hace una década para hallar la última victoria del alemán: fue en el Masters de París de 2008 y en pista cubierta.
Si se da el quinto punto, se habrá diluido el subidón que supuso para el conjunto alemán la victoria cosechada ayer por Jan-Lennard Struff y Tim Puetz. Doblegaron a Feliciano López y Marc López en un partido de locura que se resolvió en el quinto set: 6-3, 6-4, 3-6, 6-7 y 7-5. El dúo germano se arrodilló sobre la tierra batida instalada en la plaza de toros y celebró la victoria.
Pero han de hacer autocrítica. Permitieron que un encuentro que tenían dominado se decidiese en la ruleta rusa. «Fue muy duro perder el tercer y el cuarto set. Sentíamos que la victoria estaba cerca y nos encontramos con su reacción, pero hablamos mucho entre nosotros para ayudarnos y creo que nos fue bien», aseguró Struff minutos después del partido. El primer balance era positivo porque a efectos estadísticos lo que cuenta es que hoy Alemania amanecerá a un paso de las semifinales de la Copa Davis.
Pero Struff y Puetz estuvieron a punto de tirar por la borda dos sets en los que pusieron en jaque a Marc López y Feliciano López, pareja habitual en los torneos ATP pero que no habrían jugado en Valencia de nos ser por la lesión de Pablo Carreño. El catalán dio una nueva lección de saber estar en los partidos de dobles de alta tensión -como ya vio el mundo entero en la final de los Juegos Olímpicos junto a Nadal-, pero no puede esconder que su servicio ofrece a sus rivales una pequeña rendija donde atacar.
Los alemanes aprovecharon el primer turno de saque de Marc López para ponerse por delante. Con Struff alcanzando los 229 kilómetros a la hora en su servicio y Puetz inconmensurable en la red, los españoles no tuvieron ocasión para equilibrar en la primera manga. En la segunda, al que quebraron el saque fue a Feliciano.
Los López, sin embargo, se levantaron a lo Nadal. Creyeron en sus posibilidades, se agarraron a la pista y jugaron al tenis como si el partido acabase de empezar. Corrigieron sus errores y empezaron a celebrar con rabia los puntos vistosos. Su compromiso contagió a la grada y se elevaron los decibelios. En el sexto juego y con el servicio de Puetz, España tuvo tres puntos de quiebra que se desaprovecharon. Feliciano cometió un par de errores no forzados que sirvieron como prólogo de la mejor versión del toledano.
Si Marc López es regular, con sus virtudes y sus defectos, Feliciano necesita tensión para sacar su mejor tenis. Y esos fallos, más que hundirle, lo encendieron. Con el saque de Struff los españoles sumaron desde el resto y se adjudicaron el set con el servicio del toledano. Los españoles empataron el partido en una cuarta manga en la que ambas parejas intercambiaron roturas en el tramo final y que se resolvió en el tie break.
La remontada parecía un hecho. Al set definitivo llegaban lanzados los españoles. Puetz ya no estaba tan sólido en la red y, a pesar de la potencia, había quedado demostrado que el saque de Struff ofrecía una oportunidad. Los López gozaron cinco bolas de break en el octavo juego, en el que los germanos empataron a 4. Los alemanes tuvieron oportunidad de quebrar en todos los servicios de Marc. En el tercero, el undécimo de este quinto set, rompieron y cerraron el partido con el saque de Puetz. La remontada en el dobles se quedó en ensayo para lo de hoy. Nadal y Ferrer saben el camino. El público de Valencia también, aunque de vez en cuando se exceda. Como el aficionado que se ganó la reprimenda de Nadal y Feliciano por animar justo cuando el toledano se disponía a servir.
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