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Mural en una calle de Belgrado. AFP
Novak Djokovic | El hijo del pizzero con alergia a las pizzas

Novak Djokovic, el hijo del pizzero con alergia a las pizzas

El serbio de trayectoria maestra en las pistas mancha su imagen por negarse a la vacuna del Covid y acaba deportado de Australia

Lunes, 31 de enero 2022, 15:38

Adictivo y alérgico. Novak Djokovic (Belgrado, 22 de mayo de 1987) vive en la contradicción. Ansioso por ganar, por ser el número uno del tenis. Indiferente ante una pandemia mundial. Su negativa a vacunarse y su retahíla de mentiras para intentar disputar el Open de Australia le han señalado. Nada podrá ocultar su abarrotada mochila de títulos pero su imagen pública ha quedado dañada. Y ante el desenfreno de ómicron, su participación en otros torneos también entra en duda mientras no reciba el pinchazo. Australia le deportó y en Francia ya le han avisado. No accederá al país si no presenta el certificado Covid. El gran rival de Rafa Nadal, con 350 semanas en la mejor posición de la ATP, llegó a la raqueta de rebote. La tradición familiar le encaminaba al esquí, con algún pariente dedicado a la práctica invernal de manera profesional. Pero con el tenis le pasó lo mismo que con Jelena Ristic. Un flechazo. El deporte en el alma y la joven en el corazón. El ejercicio le ha reportado notoriedad, gloria y dinero. No sabrá ni lo que tiene. Es el tenista que más ha ganado de la historia en premios. 123 millones, a los que hay sumar los contratos publicitarios. Federer le sigue con 107 y Nadal con 103. Su fortuna se la debe a Jelena Gencic, a la que asombró Novak con sólo seis años y a la que el serbio dedica sus victorias desde que falleció en 2019. La extenista, en pleno conflicto bélico en Yugoslavia, regentaba una academia para ayudar a los niños a conllevar la situación del país. La raqueta era casi más grande que él pero daba golpes de habilidad suprema. Porque si la dichosa fortuna le hubiera esquivado quizá tendríamos un avezado pizzero en el negocio de sus progenitores. Srdjan, que combinaba la cuatro quesos con su afición por el esquí y el ping-pong, y Dijana perseveraban por un futuro mejor para sus vástagos. Aunque una cosa sería crear la pasta como si fuera italiano y otra comérsela, algo nada recomendable por su reacción al plato italiano. Novak ha sido el más desarrollado en su profesión, pero tampoco les ha ido mal a Djordje y Marko. El tenista se formó después en la Academia de Nikola Pilic. Tenía 12 años y se tuvo que ir a Alemania. Pero de ahí al estrellato. En 2033 entró en el circuito ATP y sólo tres años después ya logró su primer título.

Pero no sólo de tenis vive Novak. Habla cuatro idiomas (serbio, italiano, inglés y alemán) y está aprendiendo español y chino, profesa la religión cristiana-ortodoxa y posee la condecoración de la Orden de San Saba, la más alta de la Iglesia Ortodoxa Serbia. Entre sus motivaciones sociales destaca la creación de la Fundación Novak Djokovic para ayudar a niños huérfanos. En cuanto a peques, cuenta con dos descendientes (Stefan y Tamara) de su matrimonio con Jelena, a la que conoció en el instituto en 2005. La familia fijó su residencia durante diez años en Montecarlo y ahora pasa parte del año en un casoplón de seis millones de euros en Marbella, donde uno de sus hermanos regenta una academia de tenis.

Sus problemas alérgicos le dificultaron el título de Roland Garros. Curiosamente, al serbio le da reacción la arcilla. En un partido en 2005 tuvo que retirarse porque le costaba respirar y un año después, en Umag, se llegó a desmayar. Abandonó por un tiempo las pistas de tierra y reclamó ayuda médica. El doctor descubrió que también tenía alergia a una proteína presente en la harina. Decidió erradicar de su dieta los cereales, la pasta, el pan, las patatas, las galletas y las pizzas, además de dejar de ingerir lácteos (en Australia, en 2010, se tuvo que marchar corriendo a los vestuarios a vomitar la comida) y azúcar y sólo bebe agua tibia, mientras no puede prescindir de la miel de Manuka, que se produce en Nueva Zelanda, por sus propiedades antibacterianas. Los cuidados le han llevado a ganar todos los Grand Slam y es el único con triunfos en la totalidad de Masters 1.000. Mientras estudia piano y disfruta con el AC Milan, ahora deben plantearse si se vacuna para seguir en la élite.

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