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Nadal no entiende de amigos en Roland Garros

El diez veces campeón inflige la decimosexta derrota consecutiva a Gasquet y consigue el pase a octavos, donde se medirá al joven Marterer Muguruza saca el mazo a pasear y destroza a Stosur

MANUEL SÁNCHEZ

MADRID.

Domingo, 3 de junio 2018, 00:58

Cuando en el torneo de promesas Les Petit As de 1999 un joven Richard Gasquet derrotó a Rafa Nadal, eran muchos los que proyectaron una de las grandes rivalidades del futuro. Ambas estrellas, incipientes, repartiéndose los Grand Slams y dominando el circuito. Uno con un revés a una mano que poco ha cambiado desde entonces y otro, con la lucha y la entrega que 19 años después sigue intacta.

Pero la historia, impredecible y circular a partes iguales, determinó caminos diferentes. Nadal se convirtió en el mayor campeón de la historia de España y uno de los pocos que puede ser llamado entre los mejores de la historia del tenis, mientras que Gasquet, pese a firmar una carrera formidable -14 títulos ATP-, quedó muy lejos de las expectativas levantadas con 13 años.

En Roland Garros Nadal continuó con su dominio ante el galo y ahondó en su herida, infligiéndole la decimosexta derrota consecutiva en sus enfrentamientos particulares (6-3, 6-2 y 6-2) para lograr meterse en octavos del Grand Slam parisino por decimotercera vez, donde se enfrentará al joven Maximilian Marterer (6-2, 6-1 y 6-4 a Jurgen Zopp).

No importó esa cifra de 15 triunfos y ninguna derrota para el balear, que salió a la pista como si fuese el primer choque de su vida contra Gasquet. Le respetó desde el minuto uno y por eso le pasó por encima con doce puntos seguidos que se trasladaron en tres juegos consecutivos en blanco. Hasta ese cuarto juego el galo apenas había comparecido en pista. Necesitó ganar un punto y sentir el aliento del público para contrarrestar el aluvión de golpes que le llegaron desde el otro lado de la red. No pudo evitar el 5-0 en contra y tuvo que verlo perdido para soltar la mano. Vio que los escasos saque y volea que intentó, para cortar ritmo, eran infructuosos y comenzó a meter bolas sin presión y a hacer daño. Recuperó tres juegos e hincó la rodilla por 6-3, resultado más maquillado que el rosco que se paseó por momentos. Entre descanso y descanso, en los banquillos, cada uno repitió sus manías. Mientras Nadal colocaba cuidadosamente sus botellas, Gasquet, como cada tres juegos, cambiaba el agarre de su raqueta. De nada le sirvió.

En féminas, a Garbiñe Muguruza su paso en este Roland Garros 2018 no puede ir mejor encaminado. Si en 2016 ya ganó a Svetlana Kuznetsova antes de levantar el título, este sábado, en la pista central del torneo, se enfrentó, y con mucha superioridad, a la que aquel año fue su víctima en semifinales, Samantha Stosur, finalista también en 2010. Muguruza se deshizo de la oceánica 6-0 y 6-2 y confirmó su presencia en octavos, ronda en la que perdió el año pasado.

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