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Sergio Gallego, Daniel Gimeno Traver y Pedro Martínez Portero charlan tras un entrenamiento en el CT Valencia. /DAMIÁN TORRES

El tridente que cultiva a una perla del tenis valenciano

«Tuve problemas en 2019 y pensaba más en ir a casa que en ganar partidos», desvela Martínez Portero, primer tenista al que entrena Gimeno Traver

Sábado, 2 de mayo 2020

Florencia no es para nada un mal lugar donde iniciar una historia de amor. «Ahora estamos en lo bonito, cuando no ves defectos», bromea Daniel Gimeno Traver. Aunque parezca mentira, después de brillar en Roland Garros de 2019, Pedro Martínez Portero vivió la peor crisis de su aún incipiente carrera como tenista. «Me venían unas semanas en las que no defendía casi puntos y quizás me presioné demasiado. Luego tuve un problema personal, que mi padre y mi novia se pusieron enfermos a la vez. Afortunadamente se curaron, pero entonces estaba más pendiente de volver a casa que de ganar partidos», recuerda el alcireño de 23 años.

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La fortuna quiso que, durante un challenger que se celebra en la monumental ciudad italiana y en aquel momento de colapso, coincidiera en un vestuario con Daniel Gimeno Traver. «Lo vi un poco perdido y yo también estaba pasando una mala época porque ya arrastraba problemas con la rodilla. Le planteé que si quería le hacía alguna semana», señala el también tenista valenciano, que inicia con Pedro Martínez Portero su carrera como entrenador: «Es un chaval con potencial y nos hizo ilusión. No me veo ayudando a alguien que no conozca de nada».

Nos. Nosotros. Porque aún queda la otra pieza, y no menos importante, que completa el tridente: Sergio Gallego, con más experiencia como entrenador, y que de hecho ya trabajaba con Gimeno Traver. «El planteamiento era repartirnos las semanas, que Dani hiciera alguna más y que Pedro también viajara solo en ciertas ocasiones, que viene bien», indica Gallego: «La pretemporada fue perfecta. Había algunos conceptos técnicos en los que incidir y luego que el jugador los automatizase. Y después, el tema emocional, que ya hemos pasado momentos malos y Pedro los ha superado todos».

Tanto que en el primer Grand Slam del año, el Open de Australia, Martínez Portero volvió a brillar. Pasó la ronda previa y se plantó en el cuadro principal. Allí ganó en tres sets al alemán Dominik Koepfer y, en segunda ronda, se batió con Daniil Medvedev, actualmente número cinco del mundo. «Es un rival muy duro. Tiene un primer saque fortísimo y no falla desde el fondo de pista. Sientes que te deja jugar cuando logras restar o tienes el servicio. No está presionado, espera y a la que te equivocas, te castiga y te hacer correr», explica el tenista valenciano.

Ha aprendido del mal momento que vino tras Roland Garros de 2019 y, en esta andadura junto a Gimeno Traver y Sergio Gallego, no quiere presionarse. «Lógicamente la ilusión de todos es ganar un Grand Slam, pero no pienso en eso. Ojalá pueda estar mucho tiempo en el tenis y llegar a un nivel muy alto», señala Martínez Portero, actualmente 106 del mundo. «Espero tener la posibilidad de enfrentarme muchas veces a un top ten. ¿Serlo yo? No hay nada imposible, pero ahora mismo está lejos. Debo trabajar mucho», apunta recordando aún ese partido con Medvedev.

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Fue en enero y parece que haya pasado media vida. Tras aquello, Martínez Portero disputó cuatro torneos ATP por Sudamérica (tres 250 y un 500). «Veremos los campeonatos a los que puedo ir accediendo en función del ránking», señalaba entonces: «Poca gente ha logrado disputar el cuadro final de los cuatro Grand Slam desde la previa. Si me coloco entre los 100 primeros, mejor».

Aquel era el planteamiento de antes. Porque la pandemia ha vuelto a poner a prueba a Martínez Portero. «Antes del estado de alerta entrenaba en una pista en casa de mi tío. Espero poder volver desde el lunes (mañana) hasta que abran de nuevo los clubes. Estoy cogiendo volumen físico para los torneos que puedan venir», indica el valenciano: «La ATP está parada hasta agosto y dudo que se pueda competir antes de septiembre. La Federación está mirando de organizar unos torneos por España».

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En cierto modo, entre la crisis propia de 2019 y esta en 2020, Pedro Martínez Portero ha vuelto a sus orígenes. A ser ese niño que hacía travesuras por el CT Alzira, que le queda al lado de casa. «Iba de aquí para allá con un patinete. Jugaba a fútbol pero, sobre todo, me pasaba el día con una raqueta», recuerda. Cuando ese entorno se le quedó pequeño, se entrenó en Oliva y, luego, en Masía de L'Eliana antes de que la Federación Española lo reclutara para el CAR de Sant Cugat.

Tras dos años y medio en Barcelona, ha regresado con la intención de desarrollar su carrera entrenándose en casa. Quién sabe si, hasta la retirada, con este tridente que integra junto a Gimeno Traver y Sergio Gallego. «Hay una gran generación de tenistas valencianos», reivindica.

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