La gran gesta de Nadal en la Copa Davis de Valencia

Nadal, por tanto, cerrará un círculo en estas finales a 8 de la Davis que disfrutará en unas semanas Málaga, en un formato que empezó a aplicarse en 2019, merced al contrato que el exfutbolista Gerard Piqué firmó con la ITF a través de su empresa Kosmos. El catalán estuvo ya en Valencia en 2018, siguiendo la eliminatoria de cuartos entre España y Alemania, precisamente la única gran gesta de Nadal en la capital del Turia en toda su carrera. Y otro dato que refuerza la idea de cerrar el círculo es que aquel equipo capitaneado por Sergi Bruguera supera a los germanos gracias al balear... y al héroe local, David Ferrer, que ahora es el seleccionador que dirigirá a Nadal en el último torneo de su carrera.

Todo cuadra. Rafa Nadal llegó a aquella eliminatoria casi por casualidad. O habría que decir a causa de las lesiones. Quizás no habría jugado nunca aquella ronda de la Davis de no haber sentido un pinchazo mientras se entrenaba en la víspera de debutar en Acapulco en febrero. La lesión en la pierna derecha le obligó a parar un par de meses y, cuando ya pudo competir, lo hacía a contrarreloj con vistas a su competición fetiche: Roland Garros. Si Valencia fue la antesala de su primer reinado en París, la plaza de toros fue una de las paradas hacia su undécima Copa de los Mosqueteros.

Lo hizo maravillando al público valenciano y ganando sus dos partidos, lo que fue clave para que España se impusiera a Alemania. «Hace años que no competía en esta ciudad y ahora confío en que la plaza esté llena y nos ayuden a pasar en semifinales, pues hace unos añitos que no estamos ahí», declaró Nadal en la previa. La afición cumplió, y el tenista también. El viernes venció a Kohlschreiber por 6-2, 6-2 y 6-3 para igualar la eliminatoria, pues antes Ferrer había perdido contra el emergente gigantón Alexander Zverev.

El domingo Nadal se tomó la revancha contra el propio Zverev, ya que en la mañana lo borró de la pista al derrotarle por 6-1, 6-4 y 6-4. Aquel triunfo empató de nuevo la eliminatoria, pues el sábado España había perdido el encuentro de dobles. El público de Valencia empujó y generó una atmósfera perfecta en la plaza de toros para la remontada. Primero con ese encuentro perfecto del balear. Pero lo cierto es que el éxtasis llegó con el triunfo de Ferrer contra Kohlschreiber por la tarde, en el decisivo partido que se prolongó durante cinco horas.

Ha sido la última aparición de Nadal como tenista en Valencia. Se ha suspirado con un Nadal-Djokovic en la Fonteta que no ha podido darse por el gran lastre que, sin embargo, no ha impedido al balear completar una carrera brillante: las lesiones. Estas le han hecho llegar justo, o más que eso, a cada final de temporada y por eso se ha perdido muchas ediciones de torneos como Paris-Bercy, el Masters (de hecho es el único gran campeonato que no tiene) o, en el tramo final de su andadura por el tenis profesional, la Davis. Estuvo presente en el homenaje a Juan Carlos Ferrero cuando anunció su retirada, aún como copropietario del Open 500 junto a David Ferrer. Y como Valencia es tierra de tenis, seguro que ahora que al fin va a poner el broche a su carrera, Rafa Nadal se dejará ver más de una vez por la capital del Turia, pero ya como mito.