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«Me he sentido muy cómoda y feliz jugando en esta fantástica pista. Ha sido una gran semana y estoy muy contenta de haber ganado mi primer torneo WTA». Mucho menos efusiva que hace unos meses Martina Trevisan, la china Qinwen Zheng sucedió a la italiana como campeona del BBVA Open Internacional de Valencia. La asiática de 19 años puso los cimientos a su palmarés que, si mantiene la consistencia mostrada en las últimas tres semanas, puede ser verdaderamente fructífero. Lo hizo en una ciudad que aspira a formar parte de la historia del tenis.
El deporte de la raqueta está muy vinculado a la Comunitat desde hace más de un siglo. Hay afición tanto en la práctica del deporte, como a la hora de seguirlo. Muchos deportistas eligen la terreta para entrenarse por lo que falta la pata de los eventos de élite. Hace falta consolidarla y que los brotes verdes que han germinado no corran la suerte del Valencia Open 500. «Esta ciudad ha demostrado que ama el tenis», exclamó en su discurso la directora del BBVA Open Internacional de Valencia, Anabel Medina, durante su discurso. Lo dijo frente a instituciones, patrocinadores y público, esto es, los actores que deben sostener un evento que es en el primer WTA que se disputa en la Comunitat.
El torneo no deja de crecer y, más allá de su categoría, eso lo demuestra el hecho de que la campeona haya sido una jugadora que venía de destacar en Roland Garros. De ser la única capaz de ganarle un set a la intocable, por el momento, número uno, Iga Swiatek, en los dieciseisavos de París. La asiática, con 19 años, ha llegado a Valencia con el ranking más alto de su incipiente carrera: la 54 y la próxima semana, cuando al fin afronte la temporada de hierba, escalará algún puesto más.
Lo ha hecho gracias a un torneo perfecto, al desgaste, en el que se ha mostrado más que sólida cuando le ha funcionado el saque y su derecha. Le falta consistencia, que debe ganar con la experiencia, y por eso ayer sufrió contra su compatriota Xiyu Wang, otro joven valor del tenis mundial, que ha sido una auténtica espartana sobre la tierra batida de la pista central del Sporting. La subcampeona, mucho más emocionada que la ganadora, no se cansaba de dar las gracias: a su equipo, al público, a la organización, a los recogepelotas... a todos. «Estaba lesionada, pero he podido resistir, gracias a mi equipo que me ha ayudado», reiteró la 111 del mundo.
En la final perdió el primer set por 6-4 después de haberse adjudicado los tres primeros juegos. Pero cuando Zheng elevó el nivel, volteó el parcial y pareció encarrilar la final. Pero Wang no se rindió y en el segundo equilibró el parcial, no sin antes desaprovechar cuatro bolas de set. En el definitivo, dominó Zheng, con su contrincante ya mermada (más aún) físicamente y cuya resistencia flaqueó en cuanto perdió eficacia con su servicio. Victoria de Zheng por 6-4, 4-6 y 6-3.
La alegría española vino por la mañana, en el dobles, con el triunfo de Aliona Bolsova y Rebeka Masarova frente a la neerlandesa Arantxa Rus y la rusa Aleksandra Panova por un contundente 6-0 y 6-3. Ninguna pareja íntegramente española ganaba un torneo WTA desde 2011 y la final disputada en el Sporting apenas duró una hora. Por la tarde el público pudo resarcirse con un partido que superó los 150 minutos. Y la gente, en la grada pese al calor porque Valencia ama el tenis.
Uno de los problemas de esta edición del BBVA Open Internacional de Valencia ha sido que las jornadas se han alargado demasiado. Entre el lunes y el jueves el denominador común ha sido que el último partido de la jornada vespertina ha acabado ya en la madrugada del día siguiente. ¿Cuál ha sido el motivo? Que la mayoría de los encuentros se han ido al tercer set y por encima de las dos horas, como pasó en la final.
Esto ha motivado que esos encuentros, en teoría los que más atractivo tenían (por ejemplo, con la presencia de la local Leyre Romero el miércoles o con Nuria Párrizas el jueves), hayan empezado bien entrada la noche y las match ball se han retrasado casi hasta la 1 de la madrugada.
De cara a la edición de 2023, la edición se ha planteado cómo evitar esta situación, aunque volvieran a disputarse la mayoría de choques a tres mangas. La medida que se plantea es comenzar las jornadas más pronto, posiblemente sobre las 10 horas. Ganando estos 60 minutos, lo normal es que la jornada no vaya más allá de la media noche.
Y eso en el peor de los casos, en un torneo que repetirá en 2023 en la categoría de WTA 125. Por el momento, la organización ni se plantea ascender a 250. Para ello sería necesario un mayor presupuesto y adquirir una licencia, algo que no es necesario en la actual 125.
Esto es algo que no descartan Anabel Medina y Tennium de cara al futuro, aunque por el momento la intención es consolidar la categoría actual. Y claro está, para subir se necesitaría más apoyo de patrocinios.
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