La valenciana Leyre Romero se garantiza el cuadro final de los Grand Slam júnior

«El objetivo es meternos en el top 100 para poder entrar en los grandes torneos». Leyre Romero, joven tenista valenciana (17 años), hacía esta declaración en noviembre, después de haber recibido el alta tras una grave lesión de rodilla y cuando era la 200 del mundo. Misión cumplida: ocupa el puesto 62 en el ránking júnior, con claras posibilidades de seguir ascendiendo a poco que sigan saliendo los resultados. Esto implica que se le abren de par en par las puertas para acceder al cuadro final de su categoría en los tres Grand Slam que restan este año: Roland Garros, Wimbledon y US Open.

Viene de ser finalista en Brasil, en el ITF GA Banana Bowl, torneo de Grado A, el más alto del circuito júnior y al que también pertenecen los Gran Slam. Allí, Leyre Romero sólo cedió en el partido por el título frente a la norteamericana Eugenia Kalieva por 6-1, 1-6 y 6-3.

«El año pasado, el corte para jugar en Roland Garros estuvo entre el 60 y el 61. Ahora voy a jugar otros cuatro torneos en este mes», precisa Leyre Romero, que cuenta con la ventaja de que desde marzo de 2019, cuando se rompió el menisco sentada en un avión que la traía de una gira por Sudamérica, no ha sumado puntos prácticamente hasta después de verano. Por lo tanto, tampoco

los defiende: «Con conseguir algún punto, subiré más en el ránking y me aseguraré entrar en los tres Grand Slam».

En las cuatro próximas semanas, Leyre Romero disputará un Grado 1 en Marruecos, donde ganó dos torneos seguidos en otoño. Posteriormente afrontará dos Grado 2 y otro Grado 1 en la Comunitat. «He avanzado 122 puestos después de la gira que acabo de completar», destaca.

«Leyre ha realizado un gran campeonato, derrotando en fases eliminatorias a una de las favoritas. Estamos muy orgullosos del trabajo», señala su entrenador, Óscar Montañés, con el que trabaja en el Peñacañada, su club desde hace once años.