Paco Huguet
Jueves, 12 de junio 2014, 21:29
Narración en directo y estadísticas
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La garra del Valencia Basket ha resurgido. Los taronja han hecho historia y por primera vez han conseguido empatar una semifinal de los 'play-off' de la ACB (2-2), después de haber perdido los dos primeros encuentros en casa. Una victoria de las que humillan, por 18 puntos (63-81) en el Palau Blaugrana, iguala la serie. La Fuente de San Luis decidirá este domingo (19 h, Teledeporte) quién se sumará al Real Madrid en la final.
Hasta ahora, sólo un equipo había logrado alcanzar el cuarto partido tras perder 0-2 en el inicio de la semifinal. Pero el Real Madrid no consiguió forzar el quinto en ninguna de las ocasiones que se le presentó en la historia. No tenía el corazón y el coraje de este Valencia Basket: primero se sobrepuso a las bajas y a los innumerables problemas físicos para ganar el tercero (70-74) y esta vez, recuperado Sato y con un Ribas que pudo jugar tras la torcedura del jueves, arrolló al Barcelona en su cancha. De paso, devolvía a los azulgrana el doloroso bofetón del primer partido, que se saldó con una victoria catalana por 19 puntos.
Van Rossom, mejor jugador del partido. Doellman alcanzando un nivel parecido al de la liga regular tras los problemas que sufrió en cuartos y en el inicio de las semis. Y Sato olvidándose de su dolor de cadera y demostrando por qué fue designado como el alero más valioso de la ACB.
Con un Barça muy desacertado en el tiro de tres y que se olvidó de su mayor poderío bajo el aro (con los taronja Dubljevic y Aguilar lesionados), el equipo de la Fonteta sólo tuvo que ir sacando la calidad de Doellman y Sato y los destellos de la rotación (Lucic y Lafayette, aunque algo menos esta vez) para irse al descanso con un 25-37.
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Pero lo mejor estaba por llegara en el tercer periodo. Tras una máxima ventaja de 19 puntos (25-44), la defensa taronja empezó a funcionar y el Barça acabó el parcial con unos sonrojantes 9 puntos en este parcial (41-61).
Lejos de reaccionar los locales, al Valencia Basket no le hizo falta ni forzar la máquina: 23 arriba de máxima al comienzo del último periodo (41-64). Pudo permitirse el lujo de perder a Triguero por personales (más de una innecesaria) y después a Lishchuk. Jugó sin un cinco puro los últimos cuatro minutos.
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El domingo (19 horas), el campeón de la Eurocup podrá seguir reescribiendo la historia. De lo que se trata es de redondear la hazaña y remontar ese 0-2 para plantarse en la final.
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