Sato y Dubljevic lideran el cambio

A entrenador nuevo, victoria segura. Cinco palabras que resumen a la perfección una de las máximas en el deporte colectivo, la motivación evidente que siempre tienen los jugadores cuando hay un cambio de ciclo y más si se produce a mitad de temporada. Tras la destitución de Perasovic el jueves todos los focos de la Fonteta apuntaban ayer al parquet, y sin el escudo del técnico se acabaron las excusas. El mensaje, con un muy buen trabajo táctico y de preparación mental de Carles Duran en los últimos dos días, fue captado a la primera por todo el mundo. La resurrección de una plantilla encorsetada y baja de moral en las últimas semanas del croata al mando fue liderada por Sato y Dubljevic. Los dos disputaron, de lejos, su mejor partido de la temporada. Un brote verde en forma de victoria que si se desarrolla en el tiempo puede permitir a Durán acabar la temporada al frente del banquillo taronja.

El cambio de actitud fue tan evidente (100-45 en valoración frente a un UCAM que le sacó los colores a los valencianos en el primer partido del curso en Murcia) que supuso el desprendimiento de una mochila que pesaba muchas toneladas. Juan Roig abandonó su habitual asiento en la primera fila del Palco a un minuto para acabar el partido, pero no fue para marcharse de la Fonteta sino para sentarse junto a Vicente Solá y Paco Raga. Un cónclave muy distinto a los celebrados en las semanas de agonía con Perasovic en el banquillo.

Durán comenzó ayer a sacar su particular libro de estilo, demostrando una buena dosis de personalidad que también hay que destacar siempre en el debut de un técnico. Nedovic, Rafa Martínez (disputó casi 28 minutos en comparación con el ostracismo de los últimos partidos) y Dubljevic saltaron en el quinteto titular, algo no habitual con Perasovic, mientras que Loncar fue esta vez el pívot de rotación. La defensa presionante tras canasta, que provocó eso sí una acumulación de faltas en los primeros minutos, también fue otro de los sellos particulares del encuentro. Tras dos días de trabajo al frente del equipo no se le puede pedir mucho más, ese brote verde también es ilusionante para el futuro de la temporada. El entrenador de Barcelona, de la misma escuela de Aíto que Ocampo, Sito Alonso o Joan Plaza, se une a la estadística que recuerda que nueve de los últimos doce inquilinos que estrenaban banquillo en el Valencia Basket lo hicieron con victoria. Los tres únicos que perdieron su primer encuentro en ACBcon el conjunto valenciano desde 1996 fueron Vukovic, Spahija y Perasovic. Esas nueve victorias llegaron, curiosamente, en la Fonteta. La campaña ni mucho menos ha terminado, puesto que Valencia Basket aún sigue vivo en tres competiciones.

Precisamente Diego Ocampo fue muy claro cuando se le preguntó tras el partido si esperaba la reacción taronja tras el despido de Perasovic: «Los jugadores quedan señalados cuando hay un cambio de entrenador, no nos ha sorprendido el partido de Valencia Basket». El único jugador que no estaba cómodo en la etapa cerrada el jueves que ayer no se sacó la espina fue Nedovic. El serbio saltó tan pasado de revoluciones que dos tempranas faltas condicionaron su partido. Tendrá una nueva oportunidad en el decisivo partido del miércoles en Rumanía.

El conjunto valenciano nunca dio opciones al conjunto murciano desde que se quitó toda la lógica presión de encima. Tras un parcial de 2-17 que puso el 8-17 en el marcador a tres minutos del final del primer cuarto el resultado en los siguientes 33 minutos de partido fue un incontestable 73-46. Cuando los hombres de Durán cerraron el rebote a partir del tercer cuarto pudieron correr en ataque y desarrollar un juego vistoso que por momentos recordó a la pasada temporada. Con un juego que dejó de estar basado en el triple, se pasó de un 4 de 15 en tiros de tres en la primera parte a lanzar tan sólo dos en el tercer cuarto, para permitir el ascenso anotador de Sato, Dubljevic y Ribas. La buena circulación de balón, con 18 asistencias y tan sólo un robo del conjunto murciano pese a contar con especialistas como Kelati, certificaron la ilusionante victoria.

En el arranque, el 6-0 inicial se vio ensombrecido por las dos faltas muy tempranas de Vives y Nedovic. Con Van Rossom en el dique seco y Lucic que no se vistió por sus problemas de espalda el partido comenzó a complicarse con la llegada de la conexión entre Neto y Lima. Con todos los recuerdos amargos que ha acumulado el equipo taronja en el inicio de temporada con la defensa del pick and roll central algunos viejos fantasmas volvieron a sobrevolar la Fonteta. La reacción, con un gran Ribas en la finalización, permitió al Valencia Basket remontar el vuelo tras el 27-30 al inicio del segundo cuarto para dejar el marcador en tablas al descanso (35-35).

La segunda parte defensiva de los locales fue contundente, dejando a su rival en 28 puntos. Cuando el equipo cerró la sangría en el rebote defensivo y subió las lineas de pase, las variantes defensivas en la presión fueron destacadas e interesantes, la resistencia murciana saltó por el aire (58-43 tras canasta de Rafa Martínez). Tan sólo la desconcertante actuación de Munar, que señaló una antideportiva absurda a Vives mientras en algunas jugadas varios jugadores taronja se jugaron el físico con empujones en el aire, distorsionó unos minutos la visión. Pero ayer era momento de disfrutar, de ver como todo el banquillo celebraba las canastas, de ver como los puños al aire volvían tras anotar una canasta importante. Eso sí, una pancarta mandó un mensaje sencillo: «Gracias Peras». Es justo.