Una copa para soñar

El Valencia Basket afronta uno de esos días que todos los clubes esperan pero que no todos consiguen. Es un momento, el de la previa de una final de Copa del Rey, de ponderar que será la quinta en la historia del conjunto valenciano. Un registro al alcance de muy pocos equipos. El título de Valladolid en 1998 lleva esperando un compañero en las vitrinas demasiados años. Si no lo logra hoy el conjunto de Pedro Martínez cumplirá dos décadas de vigencia. Ese es el reto, el sueño y el objetivo de una plantilla que viajó a Vitoria con la idea muy clara de conquistar la Copa. Al objetivo le falta un tercio, el más complicado. Enfrente tendrá al Real Madrid, un equipo que no debería estar en la final si la ACB fuera una competición justa puesto que llevó su partido de cuartos a la prórroga. Fue campo atrás. Esa injusticia hará, eso sí, que el apoyo hoy al Valencia Basket es las gradas sea total. Ninguna de las siete aficiones restante quiere que el conjunto de Laso levante la Copa. No por ninguna manía, sino por justicia a un Andorra que dejó en Vitoria a unos aficionados que son idolatrados en la ciudad.

El guía del vestuario desde que el equipo salió anoche del Buesa Arena es San Emeterio. Es el único jugador que sabe lo que es ganar una Copa del Rey y tiene que transmitir esa calma necesaria. Incluso a Pedro Martínez, que también buscará hoy su primer título copero y que escuchó de forma muy atenta la reflexión del cántabro en la sala de prensa. Estaba a su lado, cuando el alero dio en la diana: «Nuestra fuerza es que todos sumamos y aportamos. Ellos son favoritos pero tenemos que ir a por el partido. Es la final y luego te arrepientes de celebrar semifinales». Esa es la clave, tener amplitud de miras. Las finales se juegan para ganarlas. Como hizo el Valencia Basket ayer frente al Barça. Se fue 38-29 al descanso e inició la segunda parte con un parcial de 10-30. Con la fuerza del grupo, la que debe tumbar al Madrid.