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EFE/R. D.
Domingo, 8 de marzo 2020, 00:30
Hace falta un punto más para aspirar con garantías a los títulos, como el de la Copa de la Reina. Quizás sea gasolina, o pequeños detalles, pero el Valencia Basket necesitó un plus que no tuvo en la semifinal de ayer. El Spar Citylift Girona se enfrentará por el título al vigente campeón, el Perfumerías Avenida, tras vencer en la semifinal a las taronjas. El equipo de Rubén Burgos mantuvo un buen nivel juego, pero que no terminó de creer en sus posibilidades y cedió en el último cuarto, al que llegó en desventaja y donde sólo anotó seis puntos.
El equipo catalán salió muy centrado a la cancha, con la clara intención de asumir los mandos desde el inicio, y lo logró. Fue el primer momento de crisis para el Valencia Basket. Las taronjas no hallaban resquicios para superar la defensa del Girona y Rubén Burgos tuvo que solicitar un tempranero tiempo muerto para frenar al rival (11-3).
La arenga del técnico, junto a los cambios introducidos, con Reisingerova y Rosó Buch en cancha, permitió a su equipo recortar diferencias (16-14). Eric Suris a parar el crono, pero las valencianas habían encontrado acomodo en los lanzamientos y, con una defensa intensa, equilibraron el tanteo al finalizar el primer cuarto (24-24).
Esa igualdad se mantuvo en el segundo, con dos equipos que presentaron una gran lucha y un nivel altísimo en todas las facetas del juego. Cualquier detalle servía para inclinar el resultado y, en este caso, fue el acierto desde el exterior de Girona y su control del rebote (38-32). Pero el Valencia Basket también tenía sus armas y, antes del descanso, Abalde y Buch reclamaron protagonismo con su juego y su entrega, para dejar el resultado en un apretado 43-42.
Las catalanas no cedieron en su camino hacia la final, y María Araújo aportó seguridad en el ataque, encontrando espacios en la pintura, para ampliar la renta de su equipo (56-49). Rubén Burgos reaccionó de inmediato, para evitar que el rival adquiriera mayor distancia en el marcador y pudiera romper el partido.
La renta de Girona llegó a alcanzar los nueve puntos (59-50), merced a un mayor dominio del rebote y mejor porcentaje de acierto cara al aro, pero un último arreón de las valencianas volvió a apretar el tanteo para dejarlo en 59-54 en el tercer cuarto.
Y, aunque el Valencia comenzó recortando aun más la renta del Girona (61-58), se bloqueó ante la intensa defensa zonal del rival y pagó la ausencia de Reisingerova, clara dominadora en el juego interior, para ceder terreno. El Girona lo aprovechó a la perfección para rematar el partido, amarrar el triunfo y cercenar el sueño de las taronjas.
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