historias del baloncesto ·
La de Binissalem es la jugadora con más talento de su generación y una inspiración para sus ahora compañeras en el Valencia Basket, como Salvadores, Carrera o RomeroEl anuncio de la retirada de Laia Palau, una leyenda que deja un legado que va mucho más allá de sus 33 títulos y 12 ... medallas con España, pone el foco en Silvia Domínguez y Alba Torrens. Las dos jugadoras españolas en activo con más aura. El caso de la Binissalem es único, puesto que su amplia sonrisa siempre ha soportado la presión de ser la jugadora más icónica de su generación. Su talento irrumpió para quedarse. Llega a Valencia con una cosecha que no tiene mucho que envidiar a la de la 'eterna Laia', 25 títulos incluyendo media docena de Euroligas y 8 medallas, y sabiendo que es el ejemplo a seguir por parte de las que ahora serán sus compañeras de taronja; Salvadores, Carrera y Romero. «A todas nos ha pasado. Cuando empecé a jugar recuerdo que la primera vez que me convocó la selección me hacía mucha ilusión compartir equipo con Laia Palau, Amaya Valdemoro, Elisa Aguilar o Anna Montañana. Ahora me toca a mí notar eso pero es mutuo porque también me hace mucha ilusión jugar con las jóvenes y aprender de ellas. Esta diversidad es lo que suma», desliza para apostillar que para ella también fue importante ese reencuentro a la hora de tomar la decisión de volver a España once años después: «Me hace mucha ilusión volver a encontrarme con compañeras de la selección y formar equipo con ellas para competir por objetivos de club. Es un grupo con mucho talento».
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La mallorquina pasó junto a Miguel Méndez, el actual seleccionador, el mal trago de tener que abandonar Rusia a mitad de temporada tras la invasión de Ucrania. Con el espacio aéreo casi cerrado, los dos tuvieron que vivir una odisea de dos días, pasando por Dubai, hasta llegar a España en un viaje que contó con la ayuda de la embajada española en Moscú: «Fue una situación muy difícil. He estado muchos años en Rusia y con personas maravillosas que me han tratado de diez. Tengo muchas amistades allí y tener que salir por esas razones fue un momento difícil. Al Ekaterimburgo sólo le puedo dar las gracias».
Torrens ha podido madurar la decisión de fichar por el Valencia Basket, puesto que ha pasado en la ciudad mucho tiempo. Para vivir momentos que marcan: «Me impresionó el ambiente de la Fonteta en el partido ante el Perfumerías Avenida de la final de la Liga. Fue algo espectacular e indica que la ciudad vive con intensidad el baloncesto. Me entraron ganas de jugar y poder conectar con esa afición». Todo suma. A Alba le impresionó ver a 6.000 personas en las gradas y de una charla con ella impresiona que un icono del basket español hable de que llega al proyecto taronja «con ganas de sumar y aprender» para ayudar a ganar «a un equipo que quiere competir por lo máximo». Todo ello, en un proyecto que apuesta por una igualdad en el día a día que explica de forma sencilla: «Lo importante es que lo que ves es baloncesto y no te pones a pensar ya si es masculino o femenino. Es un símbolo de lo que entre todos buscamos. Se nota la implicación, el compromiso y una responsabilidad que va más allá del baloncesto». La última sonrisa, la más pícara, no esconde su ambición. «Si jugamos la Euroliga por supuesto que todos soñaremos con ella». Así, sin anestesia. Yendo partido a partido, sí, pero soñando.
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