El Valencia Basket toca fondo

En ocasiones es bueno tocar fondo. En cualquier trabajo o relación. Sólo desde ahí, mirando con sinceridad a los problemas, se puede mejorar o salir de una situación grave. El Valencia Basket ayer tocó fondo en Tel Aviv. Lo había rozado frente al Unicaja, con un colapso ofensivo de otra época, pero ayer repitió ese ataque nefasto y se dio de bruces contra el parquet. Anotando 16 de 56 en tiros de campo con un 6 de 26 en triples (maquillado al final puesto que se llegó a ir con un 3 de 21), no se puede ganar un partido profesional. No en Euroliga, en ninguna competición. Los valencianos volvieron a quedarse en 63 puntos, la misma anotación que ante el Unicaja, y más allá del dato estadístico que dicta que no enlazaban dos partidos con menos de 65 puntos desde hace más de cinco años, el problema es que el segundo colapso ofensivo en cinco días llegó ante un equipo, el Maccabi, que pese a tener un físico superior (un clásico en el arranque de la temporada) fue el más terrenal de los últimos años. Una versión macabea ganable, de los teóricos equipos de la Liga de Valencia Basket en la Copa de Europa, y contra el que los taronja, quitados los primeros minutos de tanteo, volvió a no tener ninguna opción real de victoria. Mejor afrontar la realidad que vivir del maquillaje. Ninguna opción de victoria. El conjunto israelí, en cuanto amasó un renta ganadora a mediados del tercer cuarto (51-35), gestionó a tirones el triunfo frente a un equipo que se estrellaba una y otra vez en ataque.

Estadísticas y minuto a minuto el Maccabi Tel Aviv - Valencia Basket de Euroliga.

El 0-4, con -69 de average, deja al Valencia Basket como colista en solitario de la Euroliga y con el peor arranque del club en sus participaciones en el torneo. Nunca había comenzado perdiendo los cuatro primeros partidos. El quinto le llevará a Barcelona el próximo miércoles. El balance global de los taronja en el arranque de temporada es de 2-8. Para encontrar algo parecido hay que remontarse al 3-9 de Manuel Hussein en 2010. No hace falta recordar como acabó aquello. El proyecto de Ponsarnau está obligado a reaccionar de inmediato puesto que de no hacerlo no lo podrá salvar la buena predisposición interna, el aguante, para intentar no acometer una decisión traumática que nadie quiere en los despachos de la Fonteta a estas alturas de la película. Pero hay que reaccionar. Ya. En Burgos.

Los jugadores de Ponsarnau enfilaron los vestuarios de La Mano de Elías al descanso con el mismo gesto serio que en la Fonteta el domingo frente al Unicaja por la falta de acierto en el tiro. Los que fallaron... y el tirador sin minutos que sigue siendo Marinkovic. El 'Expediente X' de Ponsarnau. Abalde tampoco jugó. La gran noticia al descanso en Tel Aviv fue que el Maccabi no había roto el marcador. Cuando firmas un 7 de 25 en tiros de campo y sólo pierdes 33-28 el marcador aún puede remontarse. El 1 de 11 en triples (9.1%) fue de nuevo la losa en el ataque valenciano. Contando lo ocurrido frente al Unicaja el acumulado en 60 minutos sobre el parquet era un 4 de 33 (12%). Muchos librados. La rabia fue que esa falta de acierto eclipsó un buen arranque defensivo de los taronja comparando con la puesta en escena de El Pireo, con Vives, Colom y San Emeterio (el mejor ayer de los taronja) por fuera y N'Dour y Labeyrie por dentro. Interesante hasta el 11-9. Después, el Maccabi despertó y su rival siguió sin meterla en una piscina.

El tercer cuarto comenzó con dos triples fallados de los valencianos y un parcial de 10-5 (43-33). El Maccabi siguió minando poco a poco la moral de su rival anotando a tirones, con un juego poco trenzado, pero aprovechando cada despiste del rival. Los de Ponsarnau resistieron por el tiro libre (25/30) pero ya no tuvieron opción de ganar. Nunca.

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