Dos amantes del baloncesto y una chica «con un gran corazón»

El baloncesto valenciano está en estado de shock por la muerte de Ariel Serfaty Hadad y Álvaro Fernández Almela, de 20 y 21 años respectivamente. Dos de los cinco fallecidos, estudiantes de la Universidad de Alcoy en el brutal accidente de tráfico ocurrido la noche del domingo en la A-7 en Rotglà i Corberà. Un suceso que marcó el viaje del Valencia Basket a Las Palmas, donde este martes disputan el liderato de la Eurocup con el Gran Canaria. La noticia llegó a la expedición taronja a primera hora del lunes, aún en Tenerife, y cayó como una losa por la fuerte vinculación de Ariel y Álvaro con la familia de la Fonteta. Ariel era hijo de Moisés Serfaty, una de las personas más activas y queridas en los partidos del Valencia Basket, donde es DJ de los encuentros del primer equipo femenino y de muchas de las actividades del club en L'Alqueria. Allí, su hijo Ariel Serfaty ejercía como árbitro en la liga senior organizada por el club. Moisés, además, es entrenador ayudante del equipo masculino del Picken Claret en Liga EBA, con lo que el conjunto de Benimaclet también se ha sumado al dolor que comparte todo el baloncesto valenciano.

Álvaro Fernández Almela, natural de Puzol, además de pasar por las categorías inferiores de la escuela y cantera taronja, como Ariel, era sobrino de Quique Almela, responsable de mantenimiento del Valencia Basket y una de las personas más queridas dentro del club, donde lleva trabajando toda la vida. Un departamento que ya sufrió hace pocos días otro duro golpe como fue el fallecimiento de unos de sus trabajadores, Loren Lopera, de forma repentina a los 51 años.

Álvaro seguía como jugador en activo, compaginando sus estudios con su pasión por el baloncesto. En la actualidad era jugador del senior autonómico del CB Morvedre, donde jugaba con su hermano Miguel. El club de Sagunto ha suspendido los entrenamientos y el partido del próximo fin de semana del equipo senior y las categorías inferiores no entrenarán hasta el jueves. El Morvedre ha querido recordar a Álvaro en sus redes sociales por su carácter «amable y atento» y por su «pasión» por el baloncesto.

La vertiente arbitral de Ariel también ha conmocionado a la Federación de Baloncesto de la Comunidad Valenciana. Así como a compañeros en las categorías inferiores del Valencia Basket que ahora, alguno de ellos, ejercen como entrenadores de cantera. Todos los que le conocían le recuerdan siempre con una sonrisa y generando «buen rollo» en los vestuarios, tanto de L'Alqueria como de las antiguas naves, donde entrenaban los equipos de la cantera taronja antes de la construcción de la Ciudad Deportiva. También lloran su pérdida las personas encargadas de la celebración de los campus del Valencia Basket, los míticos de Calvestra, donde primero pasó como jugador y, en los últimos años, había comenzado a colaborar como monitor. En memoria de los dos, de Álvaro y Ariel, se guardará un minuto de silencio en el partido de vuelta de los octavos de final de la Eurocup Women que se celebrará el miércoles en la Fonteta entre el Valencia Basket y el Polkowice.

La otra de las víctimas que viajaba en el vehículo era la joven de 18 años Anaïs Lorena Grec, con toda la vida por delante. «Tenía un corazón enorme», aseguró este lunes entre sollozos y a través del teléfono Karen, la estudiante con la que compartía piso Anaïs en Alcoi.

Esta alumna del Grado en Ingeniería Eléctrica y afincada en Ciudad Real reconoce la confianza y la gran complicidad que tenía con su compañera, hasta el punto de haber sido invitada a Oropesa a la vivienda familiar de Anaïs. Se da la triste casualidad de que en uno de esos trayectos ambas incluso habían compartido coche con otras dos víctimas del siniestro. El director del Campus, Pau Bernabeu, quiso manifestar el «dolor compartido por toda la escuela», así como «el apoyo y el pésame a los familiares».

Los jóvenes se dirigían a Alcoi para retomar este 31 de enero las clases del segundo cuatrimestre del curso. La institución universitaria decretó tres días de duelo oficial y además las banderas ondearán a media asta en sus tres campus, tanto en el de Alcoi como el de Valencia y Gandia.

Por otra parte, en el vehículo que presuntamente causó la colisión por un error, viajaban Vicente Gallego y su mujer, Carmen. De La Llosa era la amiga que acompañaba a la pareja, Luisa. El destino quiso que ella se sentara en el asiento del copiloto porque se mareaba, por lo que perdió la vida al igual que Vicente. Carmen, al ir en la parte trasera, pudo salvarse, aunque sigue hospitalizada con pronóstico reservado.

Los tres regresaban de disfrutar de una tarde de domingo en el Hogar del Jubilado de l'Alcúdia de Crespins. Fue una última tarde de baile con el peor de los finales. En La Llosa de Ranes se vivió este lunes una jornada de tristeza porque la tía Luisa, como era conocida, a pesar de su edad, era una persona «muy abierta, alegre y vital», asegura el alcalde, Evarist Aznar. «Es una triste pérdida por un suceso tan lamentable», subrayó.

Tanto Vicente como Carmen, amigos de Luisa, no son conocidos en el municipio. Algunas fuentes apuntan que el hombre es natural de Xàtiva y que actualmente vivía con Carmen en el pueblo de La Llosa.

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