Un búnker de dos kilómetros cuadrados. Ese es el atractivo de la propuesta de Valencia que cautivó a la ACB a la hora de designar la sede para la finalización de la Liga Endesa, en un torneo de doce equipos que se celebrará en la Fonteta del 17 al 30 de junio. Ahí, en el recinto de Hermanos Maristas arrancará la burbuja sanitaria que englobará a la colindante L'Alqueria, centro de entrenamientos, pero que irá mucho más allá. Ese área bajo control abarcará la piscina de la Fonteta, los campos del polideportivo Quatre Carreres y los hoteles oficiales del evento, cercanos a la Ciudad de las Ciencias. El círculo sanitario se cerrará con el Hospital La Fe, muy cercano a la Fonteta, que será el centro de referencia para cualquier urgencia que tenga que derivarse del centro médico que se va a levantar en la propia Alqueria, de los espacios sanitarios que tendrán los hoteles o de la clínica La Salud, que también está en el convenio. Esa seguridad sanitaria, que no estará condicionada por la fase en la que se encuentre en el momento del torneo la ciudad de Valencia, fue la clave de la designación por parte de la ACB.
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La puntuación del eje sanitario fue la máxima de la propuesta valenciana, por delante de las instalaciones donde L’Alqueria ya era un seguro, donde la verificación de los cinco médicos que calificaron esa parte del dossier otorgó una nota de excelente. El motivo fue que todo lo ofrecido superaba en mucho a las exigencias en el pliego de condiciones que demandaba la ACB como requisitos fundamentales. La joya de la corona será el Centro Médico Avanzado que se va a construir en el corazón de L’Alqueria, apoyado por un tráiler que permanecerá en el exterior dotado de equipamiento sanitario. El particular hospital de campaña utilizará varias salas del recinto para poder tratar cualquier dolencia que pueda surgir en los entrenamientos o partidos y que logre evitar el desplazamiento a un centro hospitalario. Al final, un traslado menos es una opción de contagio que se ahorra.
El centro contará con máquinas para realizar resonancias magnéticas, ecografías, análisis y con especialistas en todas las áreas susceptibles de actuar en las dolencias o accidentes de los deportistas (traumatólogo, odontólogo, oftalmólogo, cardiólogo...). Esa unidad contará con médicos internistas, de urgencias y tendrá disponible un acceso farmacológico las 24 horas, que dará servicio tanto en los centros deportivos como en los hoteles. El valor añadido que ha sido clave en la propuesta de Valencia, que comenzó a tomar forma el 30 de abril, partió de una reflexión muy sencilla de un trabajador de la entidad taronja: «Si la distancia social y las mascarillas protegen del contagio vamos a minimizar el riesgo aún más reduciendo los desplazamientos».
Ese protocolo médico fue el que ayer por la tarde explicó la ACB a los jugadores, con presencia de representantes de la ABP. Los deportistas no han escondido nunca el miedo al contagio. El mejor ejemplo es el de Fran Vázquez, jugador del Zaragoza, que no disputará la fase final. «No veía claro el volver a jugar en esta situación, así. Creo que estamos yendo demasiado deprisa. No puedo abrazar a mis familiares o amigos y queremos tener contacto con compañeros y rivales He antepuesto mi salud a cualquier otra cosa. Lo veo precipitado», manifestó a Gigantes del Basket. El búnker no le convenció.
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